lunes, 25 de noviembre de 2013

Kai X Akira


Hii ^^ Por fin he podido publicar, ya que Dalia (Su twitter @Sahi_re y facebook Sahire hatsune :) ) ha hecho más del segundo episodio. Espero que os guste mucho y disfruteis ^^

 Protect me II

Akira:Bueno iré en busca de el chico ese aunque no sabia que lo conocía *Flashback*
[Kai:Toma esta es la dirección donde vive...
Akira:Me vengare y,¿ como es que lo conoces?
Kai:No te interesa * Neutro*]*Fin del Flashback*
Akira*Caminando*
(Ya una vez en frente de la casa)
Akira:*Asombrado* Toda la casa esta rodeada de cuervos y no hay nadie cerca de aquí.....*se escuchan pasos*
???:*Le tapa la boca a Akira*
Akira:*Se aparta*¿Quién eres?
???:Me llamo Axel soy el que le disparó a Kai
Akira:¿Porque le disparastes?
Axel:No lo debes saber....
Akira:Dímelo! * Le da un puñetazo en la barriga*
Axel:Son cosas entre él y nosotros no debes saberlo
Akira:¿Nosotros?
Axel:si....ahora si me disculpas me voy*neutro** se va caminando*
Akira:Eeee! Espera*va tras el*
Axel:*Desaparece*
Akira:C-como lo ha hecho?Bueno será mejor marcharse ya..*se va caminando hasta el hospital*
(Ya una vez con Kia)
Akira:¿Que pasa entre tú y Axel?*enfadado*
Kia:Akira no quería decírtelo pero soy inmortal, soy un ángel pero mantenlo en secreto y Axel es un demonio él quiere matarme y yo quiero matarle a él.....
Akira:.....Yo te protegeré mi ángel..*le besa*
Kia:*sonrojado*...

martes, 12 de noviembre de 2013

Kai X Akira


¡Hola! :3 Esta historia también está echa por Dalia, a la cual le agradezco muchísimo su participación :) Son personajes inventados por ella lo cual tiene más valor, así que no habrá fotito de ese anime o de ellos 2 <3 Pero pondré foto de todos modos ;) Ya vereis cual pongo. Pasadlo bien y espero que os guste :).

Protect me

[ Son las 9.15 de la noche yo y Kai estamos paseando por el parque para que tomáramos un poco el aire]
Kai:¿Que bonita es la luna verdad?*mirando a Akira*
Akira:*asiente**le sonríe*
Kai:*le da una beso en la mejilla* *sonrié*
Akira:*le besa*
Kai:*sonrojado*
Akira:bueno vallamos a casa*sonríe*
Kai:vale*sonríe*
[Llegando a casa]
Kai:(le pegan un tiro en el hombro y en la pierna)*se sienta en el suelo*
Akira:Kai!! *mirándolo con lágrimas en los ojos*¡¡Quien ha sido!!*mirando hacia el frente*
(Se ve un hombre corriendo con una pistola en la mano)
Akira:ehh tu!!* corre*
Kai:*le agarra* no vallas se quién es ya me are cargare de él *se tapa las heridas con las manos*
(Tiene la manos cubiertas de sangre resbalándose por su piel y por la ropa)
Akira:Llamaré a un médico...
[Una vez ya en el hospital]
Doctor:Tiene que estar hospitalizado tres días después no debe hacer ninguna actividad física
Akira:gracias doctor
Doctor:*se marcha*
Kai:te quiero akira...
Akira*le besa*
Kai:*sonrojado*
Akira:haré lo que sea para vengarme...
Kai:....


Muchísimas gracias :')

¡Hola! Quería dedicar esta entrada sólo para dar las gracias y decir que sin vosotros este blog no sería nada, Gracias por leerlos cada vez que pongo historias echas por mí o de otr@s Fundashis o Fujoshis :').
 ya 1000 visitas.. ¡Muchisimas gracias de veras!  Quiero también agradecer a los que me mandaron historias y participaron en mi blog como son Dalia, Con la grandísima y querida historia de I Want To Be Your Side, a Lidia, a Rocío y Por supuesto a mi niña <3


sábado, 9 de noviembre de 2013

Sora X Riku


Y aquí está la tan esperada historia de Dalia en Faceboock (Sahire Hatsune) :3 espero que os guste aunque sé que sí :)

I want to be your side

Riku:Es hora de ir a buscar a Sora *abre un portal al mundo de la oscuridad**entra en el portal y desaparece el portal*
(Se ve todo negro, no hay rastro de huellas)
Riku:me da malas sensaciones este lugar.... * mira hacia los lados y camina hacia el frente*
(De momento se abre un camino de estrellas que sube a un plataforma bastante alta)
Riku:debe estar allí Sora... * corre * (Las escaleras están desapareciendo rápido)
Riku:*mira hacia atrás y ve que están desapareciendo* * corre apurado* ( Aparecen enfrente suya unos sin corazón)
Riku:*sonríe* esto va a ser un poco divertido * los esquiva de mientras corre*
(Cada vez es más rápido como desaparecen las escaleras*
Riku*corre lo mas deprisa que puede*
(llega a tiempo y desaparecen ese mismo instante)
Riku:*sonríe* fue divertido*mira el suelo y ve que es una imagen de Sora que cubre toda la plataforma*
Riku:*camina hacia el frente*Aquí esta Sora pero donde estará?....
(enfrente suya hay una puerta)
Riku:Ahí debe estar * corre hacia ella y se para justo enfrente de ella*
(Se abre misteriosamente)
Riku:*entra*
(Se cierra la puerta al instante)
Riku:...*mira hacia delante*
(Hay una cúpula enfrente de él y hay se ve que esta Sora inconsciente)
Riku:Sora!! * corre hacia la cúpula*(De momento algo le detiene)
?¿?:Quieto * le para*
Riku:Q-Quién eres?
?¿?:*se quita la máscara*soy vanitas..
Riku:dejame pasar
Vanitas:No quiero la llave espada * lo empuja y lo tira al suelo*
Riku:Jamas *aparece en su mano la llave espada y le amenaza con ella*
Vanitas:Yo no temo a la llave espada quiero hacerme con ella para hacerme más fuerte * se acerca a él *
Riku:*se levanta* *y le para con la lave espada otra vez*
Vanitas:tu lo has querido *lo tira hasta la pared*
Riku:auch.. (la llave espada esta tirada en el suelo)
Vanitas:Graci....
Riku:*la coge y mete la espada en el corazón de Vanitas*
Vanitas:....*desaparece en forma de estrellas*
Riku:Por fin * corre hasta la cápsula*
(Ve que la cerradura es en forma de la llave espada)
Riku*la mete*
(La cápsula se abre)
Sora:*cae en los brazos de Riku**inconsciente*
Riku:*sonríe* *coge la llave espada y desaparece*
Riku:bueno vallamos a casa*desaparecen*
(Ya una vez todos juntos en la isla)
Sora:*despierta*Q-Que paso?
Kairi:Fuiste atrapado por la oscuridad y Riku fue a rescatarte
Sora:D-Donde esta Riku?
Riku:Aquí
Sora:*corre hacia él y le abraza*gracias Riku por haberme salvado
Riku:Denada * sonríe*
Kairi:*sonríe*
(Por la noche)
Riku:¿Ey Sora quieres venir a dar una vuelta?
Sora:vale * sonríe*
(Paseando por la playa)
Sora:oye lo que dijiste antes de que desapareciera eso es verdad?*sonrojado*
Riku:Claro que si * le besa*
Sora:*sonrojado* y- yo también t-te amo..
Riku:*sonríe*


Asahina X Isaka

El tiempo sólo es un pretexto

-Estoy cansado… -exclamó el actual líder de Marukawa Shoten

-Entonces duerme -le respondió, sin despegar la vista del ordenador, su fiel secretario

-Pero no quiero dormir…

-Entonces solo tómate un descanso

-Asahina, tengo hambre…

-Entonces come

-Pero no quiero comer…

-Eres igual a un niño pequeño Ryuichiro. Si no sabes lo que quieres ¿Por qué lo pides entonces?

-Porque lo único que en verdad quiero se la pasa diciéndome lo que tengo y puedo hacer.

Asahina Kaoru se quedó pasmado un momento ante tal aclaración, era cierto que el lo único que hacía era hacer de asistente (y casi de niñero) de Ryuichiro Isaka, y a pesar de vivir juntos no dejaban de lado su labor, a veces la rutina los dominaba y dejaban de lado lo que de verdad les importaba que era brindarse el amor que algún día se habían declarado, la edad les aturdía, cada día sentían que era más difícil levantarse de la cama y más fácil caer en ella.

Pasaban casi todo el día juntos pero a pesar de eso solo se dedicaban a trabajar y durante esa dura semana no habían pasado más que de besos de encuentro, uno al iniciar el día y otro al terminarlo…y sólo eso, la energía les faltaba para continuar con lo que ambos deseaban.

-Ryuchiro, ¿Qué quieres decir con eso?

-¡Asahina, Asahina Asahina! Eres un perfecto secretario y ¿no puedes entender una simple frase? Te la pasas diciéndome lo que no puedo hacer y lo que tengo que hacer, a veces siento que…

-No me refiero a eso- dijo con un tono de voz grave y a la vez directa cosa que de inmediato surtió efecto en el castaño que lo miró con un leve sonrojo en su cara, no importaba cuanto tiempo pasara el seguía reaccionando de la misma manera que tan divertida le parecía a su secretario- Me refiero a la parte de “lo único que en verdad quiero”

-Bu…bueno es…eso quiere decir que…- pero no pudo terminar lo que tenía por explicar (aunque en realidad no tenía idea de que responderle) pues sintió los fuertes brazos de su amante alrededor de su cintura en una especie de jalón que terminaron por levantarlo de donde estaba recostado -Asahi…- fue lo único que atinó a decir al sentir la lengua de su compañero invadir su boca con ansiedad, como si estuviese buscando algo que se había quedado enterrado dentro.

La habitación estaba completamente sola, al parecer todos en Marukawa ya se habían ido, todos los departamentos estaban vacíos inclusive el de manga shojo que era el que casi todos los días se quedaba habitado, casi siempre por el jefe del departamento y un editor de cabello castaño y ojos verdes, pero esa noche no, pareciera como si esa noche se les hubiera entregado total intimidad a esos dos.

-Asa...Asahina...Aquí…aquí no…estamos en la empresa- dijo cuando por fin se separaron a tomar aire

-¿Crees poder soportar hasta que lleguemos a casa?-dijo con el tono de voz que tanto le gustaba oír, y sin previo aviso volvió a tomarlo por la cintura pero esta vez con mayor fuerza apretando su cuerpo y besando primero su boca y luego siguiendo con su cuello, el castaño ya no sabía si reclamar o disfrutar.

Mientras tanto Asahina se ocupaba de quitar la ropa que de repente se había vuelto tan estorbosa entre esos dos amantes; poco a poco ambos quedaron casi desnudos dentro de la oficina de Isaka.

-Asahina…Asahina…-repetía una y otra vez cuando sentía la lengua de su amante recorrer su cuello con la experiencia que dejan los años, por otro lado Asahina no perdía el tiempo y mientras su boca se ocupada de recorrer cada centímetro de piel posible sus manos empezaron a descender lentamente hasta llegar al miembro que reclamaba con ansias atención cosa que hizo estremecer al otro con el simple contacto de sus frías manos.

Asahina tomó el miembro de su compañero apretándolo con fuerza mientras que con su lengua recorría los pezones que también requerían de atención, Isaka solo podía retorcerse por el placer que le era brindado, enredó los dedos en su cabello incitándolo a no detenerse, Asahina poco a poco fue descendiendo del tórax al vientre arrancando gemidos que le parecían bastante deliciosos.

Poco poco llegó a la zona que más deseaba. Cuando llegó a la entrepierna de su amante lo tomó por unos instantes y empezó a lamerlo de forma lenta y continua, luego introdujo dos dedos en su entrada para empezar a prepararlo, sintió como poco a poco se dilataba la pequeña cavidad; así continúo hasta que escuchó:

-¡¡Asahina!! ¡¡Podrías darte prisa y hacerlo de una buena vez!!

-Pensé que nunca lo pedirías

Y entonces empezó, se introdujo despacio en el castaño que lanzó un suspiro muy largo y empezó a temblar, Asahina empezó a moverse despacio y poco a poco aumentó la velocidad, a cada segundo que pasaba sentía que se podía contener menos.

-Ahhh…Ryuchiro …Ryuchiro….

-Asahina…Ahhh…Asahina….

Era todo lo que se escuchaba en la estancia; después de un rato ambos empezaron a sentir que el clímax estaba cerca y sin pensarlo se dejaron llevar, Asahina lo hizo dentro del cuerpo de su amado y este no tardó en hacerlo entre el vientre de ambos. Aún con la respiración agitada se quedaron recostados un rato hasta que regularon los latidos de su corazón; Isaka estaba a punto de dormirse cuando:

-Ryuichiro…Ryichiro no te duermas, debemos arreglar todo e irnos a casa, no querrás que algún editor nos encuentre ¿verdad?

-Tengo…tengo mucho sueño…

-Yo también pero no podemos quedarnos aquí, anda vístete- dicho esto se levantó y empezó a vestirse, lenta y perezosamente, Ryuichiro imitó la acción hasta que todo quedó como si nunca hubiera pasado nada, el único testigo del amor que se habían entregado esos dos eran las 4 silenciosas paredes de la oficina; salieron después de un rato y se dirigieron al estacionamiento, una vez dentro del auto Asahina condujo hasta su casa, cuando llegaron se dio cuenta de que Isaka estaba profundamente dormido así que, a pesar de estar muerto de cansancio lo cargó hasta el apartamento, lo recostó en la cama y lo dejó dormir

-Buenas noches-susurró y casi de inmediato se entregó al sueño de igual forma.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Usagi X Misaki


  Esta historia la hizo Dalia. Que por cierto vale muuuucho la pena leerselo *¬*. Dice que ya pronto estará lista la tan esperada historia por vosotras y vosotros de I Want To Be Your Side *__* Ya nos queda poco por esperar :3

El cumpleaños de Usagi

(Por la noche)
Misaki:¿Qué le comprare?¿Un oso de peluche?No,no,no ya tiene un montón de ellos....entonces que le comprare !! *dando vueltas a la habitación*
(entra Usagi en la habitación)
Usagi:¿Porque gritas tanto?
Misaki:por nada que te interese Usagi-san tu sigue con tu trabajo *sonrojado**le empuja para que salga de la habitación y cierra la puerta*
Usagi:....pues vale *pensando(le voy a castigar )*camina* *sonríe*
Misaki:Ahora que hago...
(Al día siguiente)
(Suena el despertador de Misaki)
Misaki:*sobresaltado*el regalo!
*se viste y corre a desayunar*
Misaki:*piensa(da igual le comprare un oso ya que le gustan tanto)**desayunando*
Usagi:¿Qué te pasa,adonde vas?*vestido*
Misaki:aun sitio *corre hasta la puerta y cierra*
Usagi:...anda y yo que quería castigarle..
Misaki:¿Donde estaba esa tienda?*caminando*
(Pasa una media hora)
Misaki:La encontré * corre *
(Hay un cartel que pone “Cerrado por vacaciones”)
Misaki:no esta abierta.....*va andando hacia casa*
(A la media hora)
Misaki:*abre la puerta* ya estoy en casa...*cierra la puerta*
Usagi:¿Adonde fuistes?
Misaki:a comprarte un oso de peluche pero estaba cerrada la tienda...
Usagi:¿Para que?
Misaki:para tu regalo de cumpleaños...
Usagi:yo no quiero un peluche yo te quiero a ti * lo coge de la cintura y lo cuelga en su hombro*
Misaki:*sonrojado* bajame Usagi-san!!
Usagi:no *sonríe*
Misaki:Usagi baka!!*sonrojado*
Usagi:*abre la puerta de su habitación y cierra* *lo tira a la cama*
Misaki:¡¿Q-Que me vas a hacer!?*sonrojado*
Usagi:Castigarte* se desviste*
Misaki:¿Qué hice yo?*sonrojado*
Usagi:*desvestido* Dejarme solo * se tira encima de el y le besa*
Misaki:*sonrojado*
Usagi:*mete su mano bajo el pantalón de misaki y manosea su miembro*
Misaki:ahh.. no toques ahi... *sonrojado*
Usagi:*le abre la cremallera del pantalón de Misaki y le quita los pantalones**le mete su miembro en el ano de Misaki*
Misaki:ahh..*agarra las sábanas*
Usagi:*lo mueve*
Misaki:ah..ah ahh ahh
Usagi:*lo hace más rapido*
Misaki:m-me vengo Usagi-san...
Usagi:*sigue moviendolo*
Misaki:me.. v-vengo * se separa**con lagrimas en los ojos y sonrojado*
Usagi:*mira a sus ojos* * besa a misaki*Gracias por tu regalo*sonrie*
Misaki:*sonrojado*...


Akise X Yukiteru

Reinicio de Vida

Aquél chico solitario y débil, de cabellos castaños. Se encontraba en una cama, que parecía ser su habitación... volteo hacia todos lados, sus padres estaban tomados de las manos, sus caras parecían preocupadas. A su otro lado estaba una chica peli-rosada, esperando a que esté le hablará. El castaño, aún inconsciente, fijo su mirada en la chica peli-rosada...

"Todo... ¿fue un sueño, los dueños de los diarios, Deus, Murumuru...?"- se preguntaba así mismo el chico.

"¡Yukki!... ¡Al fin despertaste!..."- la chica de cabellos rosados sonrió y lo abrazó muy fuerte, parecía que había estado inconsciente mucho tiempo.

Sus padres dejaron solos a ambos chicos, ya que pensaban que sería la novia de su hijo. Yukiteru, no le sorprendió mucho ver a Yuno, pensaba que era una acosadora. Esté sonrió con una sonrisa falsa, miro a la chica y recordó aquellas cosas que había hecho, cada muerte, todas hechas por esa chica que pensaba que era dulce y linda.

"Yuno... ¿todo fue un sueño?"- esté se levantó un poco de su cama, agarrando su cabeza, estaba muy confundido en ese momento

"¡Claro que no, Yukki!... Todo se reinició, ahora todo es normal... y nadie interferirá en nuestro amor, ¿verdad, Yukki?"- le decía aquella chica peli-rosada, acercandose a Yukiteru.

"Uh... s-si"- esté sabía que era mentira, ya que en realidad no la amaba como ella creía.

Yukiteru, se paró de su cama y se cambió con su ropa de siempre... bajó las escaleras con Yuno para desayunar. Después de haber desayunado, estos salieron a tomar algo de aire libre y divertirse, como Yuno quisiera. Fueron a un parque de diversiones, Yukiteru solo seguía a Yuno, sin que él quisiera...

"¡Yukki~!, ¿entramos a ese?..."- apuntó hacía el puente del amor, donde aquellas parejas se daban besos y decían lo que sentían.

"¿E-eh?... Uhm... n-no lo s..."- antes de terminar aquellas palabras, miró a un chico albino, de ojos rojizos y muy guapo para las chicas. Su mirada se plantó en él y en sus ojos habían lágrimas, ¿felicidad?, ¿tristeza?... ni él mismo lo sabía.

"¿Yukki?, ¿qué pasa?"- Yuno miró a Yukki, algo preocupada, nunca lo había visto de esa manera.

"A-akise...-kun~"- Se pusó de rodillas en el piso y comenzó a llorar.

Todos lo miraban extraño, ya que empezó a llorar sin razón. Akise, vió a aquél chico y él se sorprendió al verlo.

"¿Yukiteru-kun?..."- Abrió sus ojos como platos, su mirada volvió hacia él. Se acercó al chico y lo miro por un momento, él mismo sabía que era su amado, se agacho y levantó su cabeza para después secarle sus lágrimas. Era muy valiente al hacer eso, ya que Yuno estaba al frente de ellos, mirandolos...

El chico castaño lo abrazó, como nunca había abrazado a su "novia". Aquella chica, los miraba fijamente, ella mataría a todos los que tocaran a su Yukki, literalmente.

"Nadie toca a mi Yukki, Aru..."- dijo con una voz de una completa psicópata, mientras que tenía un cuchillo detrás de ella, preparada para matarlo una vez más.

"Ah, Gasai-san... hola"- le dijo el albino con una voz completamente normal, como si no fuera la gran cosa.

Hubo un silenció de parte de Yukiteru, se paró en frente de Yuno y le dió una fuerte cachetada. Todos, se quedaron mirando, los padres cubrían los ojos de sus hijos para que no vieran. Akise, se volteo hacia un lado tapandóse su boca, tratando de ocultar aquella risa que traía adentro. Yuno estaba completamente confundida.

"... Vete..."- solo le dijo eso a la peli-rosada. Recordó que ella había matado a su Akise, había mantenido su amor hacía él todo el tiempo, le dió la mano a Akise, para ayudarlo a levantarsé. Este aceptó y le dio la mano.

"Y-yukki...~"- la chica se hecho a llorar, como nunca lo había hecho. No pensó que su amado lo dejaría por otro chico.

Akise y Yukiteru fueron a varios juegos. Platicaban, reían... en fin, como cualquier amigo. El día se convirtió ya en noche, al ver al cielo, parecía que fuera a llover, por suerte, Akise traía un paraguas, el cuál abrió. Al poco tiempo empezó a llover, Yukiteru estaba fuera del paraguas, solo dándole la sombra a Akise.

"Ne, ne... Yukiteru-kun, ven aquí, te resfríaras"- preocupado, junto su cuerpo con el del otro chico, abrazándolo por el hombro. El castaño se sonrojo.

Hubo un pequeño silencio.

"E-etto... Akise-kun..."- dijo Yukiteru, con algo de rubor en sus mejillas.

"¿Qué pasa, Yukiteru-kun?"- le sonrió ampliamente.

"E-eh... solo quería decirte que... me divertí mucho estando contigo... m-me siento... feliz~..."- sonrió.

"Oh... yo también me divertí mucho contigo, Yukiteru-kun."- tomó de su mentón, para ver ese rostro que tanto deseaba, lo amaba, lo anhelaba, lo deseaba... la cara de Yukiteru estaba completamente roja, estaba muy cerca de su amado...

"¡E-etto...!, ¡Akise-kun!... y-yo... y-yo... ¡t-te amo!..."- el castaño se lo dijo, fuerte y claro, al fin se quitó ese peso de encima. Akise, miro a Yukiteru sorprendido, esté no dudo ni un momento en besarlo. Yukiteru, puso sus manos alrededor del cuello de Akise, profundizando el beso. Se apreciaba una hermosa imagen, era muy lindo verlos besandose bajo la lluvia.

Ambos se abrazaron muy fuerte. Ya ni si quiera les importaba la lluvia, solo les importaba estar juntos... por y para siempre.

"Yo también te amo, Yukiteru-kun..."- le dió un beso en su cabeza.

La peli-rosada los observaba desde lejos, eso era una mala presencia. Se acercó lentamente, detrás de Yukiteru con un cuchillo. El castaño, empezó se empezó a sentir mal en centro de su cuerpo. Era Yuno, le había clavado el cuchillo.

"¡Y-yukiteru-kun!"- el albino lo sostuvo, ya que ya estaba perdiendo fuerzas.

"E-estoy bien, Akise-kun..."- este le sonrió, con lágrimas en sus ojos.

"Si yo no puedo tener a Yukki, ¡nadie lo tendrá!"- dijo la chica, con una risa de psicópata.

Hubo un silencio, Yuno fue detrás de Akise y le clavo su cuchillo. Akise aún sostenía a su amado, mientras que ambos caían. El albino abrazó a Yukiteru, ambos tenían lágrimas en los ojos. Aún así, sabrían que morirían juntos, y estarán juntos en el más allá. Yuno, solo se apartaba.

"Te amo..."- esas... esas fueron las últimas palabras de aquellos chicos...

Akise y Yukiteru mueren juntos, sabiendo que ambos se amaban

HAPPY END


Raito X Kanato

Esta Historia está genial y espero que haya una segunda parte *____*

.:Cómo decirte que te amo:.

Raito estaba embistiendo cada vez más rápida y profundamente. Las sábanas de la habitación del menor estaban empapadas en sudor y en el semen producido por ambos al realizar ese delicioso acto carnal. Kanato estaba tumbado con las piernas colocadas en los hombros del mayor aferrándose fuertemente a las húmedas sábanas y gimiendo descontroladamente cada vez que el pelirrojo llegaba más adentro de su ser.
El mayor en realidad no sabía muy bien cómo llegaron a ese punto, eran hermanos, y encima de sangre, los dos provenían de la misma madre. Pero aun así, Raito comenzaba a sentir algo por su pequeño oji-lila. Su manera de ser, su adicción por los dulces, el que se comportara de esa manera tan, bipolar? Todo en él era adorable a los ojos de Raito. Lo que ninguno de los dos podía explicar ciertamente era cómo habían terminado teniendo esos encuentros tan salvajes -puesto que no se podían definir de otra manera- Lo único que sabían era que en la fiesta de año nuevo Raito estaba muy borracho y demasiado excitado, y todavía no se sabe como al despertarse se encontró a sí mismo desnudo en la habitación de Kanato con el menor a su lado en las mismas condiciones.
Juraron e hicieron como si nada de eso hubiera pasado. Pero en menos de dos días volvieron a encontrarse en la misma situación. Obviamente ninguno dijo nada al resto de hermanos, ni siquiera lo comentaban entre ellos mismos. Cada vez que se encontraban así era más fuerte que la anterior. Rompían los muelles de la cama -que milagrosamente seguía estable-, a veces tiraban cosas, incluso se caían de la cama y seguían en el frío suelo.
Pero la cosa empezaba a sobrepasar el sexo. Raito se había enamorado del pequeño oji-lila, pero no tenía el valor de declararse. Así que, para no perder por lo menos esos momentos que tenía con el menor, simplemente llegaba y se acostaba con él. Y luego de esos encuentros Raito se convencía a sí mismo de que no podían seguir así e intentaba declararse, pero en cuanto lo intentaba el menor se escapaba. Le rehuía. Aquello le dolía al pelirrojo, no podía explicarlo, pero realmente estaba enamorado. Le había llevado mucho tiempo el aceptar su amor hacia el más pequeño, pero cuando lo asumió Kanato empezó a evitarle. Era doloroso.
Raito estaba recordando todo eso mientras comenzaba a embestir con más y más fuerza, provocando que el menor gimiera todavía más fuerte. Estaba ensimismado en sus pensamientos, cuando se fijó en que el menor que estaba bajo él había extendido sus bracitos, señal de que estaba llegando al orgasmo. No faltaba mucho.
El pelirrojo se agachó para que los brazos de Kanato se abrazaran a su cuello, mientras que al mismo tiempo el menor enredaba sus dedos en el cabello del oji-esmeralda. Siempre pasaba lo mismo cada vez que se acostaban, cuando Kanato estaba en su límite, levantaba los brazos para abrazar a su hermano antes de correrse entre ambos. Y esta vez no fue diferente, el oji-lila ahogó unos gemidos en el oído del mayor antes de correrse entre sus vientres. Inmediatamente después Raito notó como las paredes anales del menor se contraían aprisionando su miembro obligándole a correrse dentro del menor, el cual soltó un largo gemido al notar aquel líquido caliente recorrer sus entrañas. Raito salió con cuidado del interior de Kanato, y este se dejó caer en su pecho, reclamando enseguida su osito. Raito se estiró un poco para coger a Teddy, el inseparable oso de peluche de Kanato, y bufó molesto. Era ridículo. ¡Tenía celos de un puto oso de peluche! Siempre estaba abrazado al pecho del pequeño, y eso realmente le molestaba.
El oji-esmeralda observó enternecido como el menor se acomodaba en su pecho y se dejaba abrazar por los brazos de Morfeo, cayendo en un cálido y profundo sueño.

- Juro que esta vez será diferente -susurró el pelirrojo una vez Kanato se hubo dormido del todo. Raito dijo estas palabras con la esperanza de que todo cambiara por fin, de que por fin se armara de valor para declararse a ese pequeño que le volvia loco.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


- Shuu...¿puedes pasarme otro bollito de chocolate? -pidió amablemente Kanato al mayor de los hermanos Sakamaki. Este simplemente le miró aburrido.

- Puedes cogerlo tu mismo -replicó simplemente el mayor con toda la flojera del mundo. Kanato frunció el ceño. No le gustaba para nada que no le hicieran caso y pasaran de él.

- No alcanzo y se están acabando. Pásame uno por favor-pidió de nuevo Kanato levantando un poco la voz. No quería montar una escena, no debía montar una escena. Shuu levantó la vista y clavó sus ojos azules en los de Kanato, no dijo nada, simplemente se levantó dispuesto a irse. El menor se dio cuenta de eso, frunció un poco más el ceño y dio un pequeño gruñido, casi imperceptible e inmediatamente miró a Reiji en busca de ayuda- Reiji-kun

- Me parece que ya has tomado demasiado azúcar por hoy
-contestó el de lentes ajustándose las gafas para que no se le cayeran. Levantó la vista y añadió- Sabes que no te conviene excederte con el azúcar -el pequeño Kanato infló infantilmente sus mofletes en un desesperado intento por controlarse y no montar una escena. Sabía de sobra que si lo hacía después tendría que aguantar la regañina de Reiji, y no tenía ganas de eso. Pero estaba tan cansado, de que no le echaran cuenta, de que no le creyeran, de que lo ignoraran.
Kanato buscó con la mirada alguien que le ayudara, que no le ignorara, pero no había nadie, ni siquiera Yui. Bajó de nuevo la vista a su plato, y para su sorpresa, tenía un deseado bollito de chocolate. Miró a su lado y se encontró de frente con los hermosos ojos de la persona que muchas veces le daba placer. Se encontró cara a cara con Raito, a una distancia bastante corta de su cara.

- Puedes tomar el mío si quieres, a mí no me apetece -ofreció el pelirrojo amablemente y sonrió. Kanato no pudo evitar sonrojarse por la generosa acción de su hermano, y en un estúpido intento porque no se diera cuenta se abrazó a su osito y asintió tímidamente para dar las gracias al pelirrojo.


Rin X Haru

 La almohada ya no es necesaria.

Era la hora de la cena en la casa de Haruka, la costumbre era prepararse un buen filete de caballa con cualquier otra cosa que sirviera para acompañar; pero claro, no contaba con la visita de Nagisa, Rei y Makoto, ¿la razón? No había alguna en especial, simplemente se pasaron por allí a la hora de la cena para charlar sobre la última carrera en el campeonato, ese relevo que lograron ganar.

— ¡Qué bueno que hemos visto de nuevo a Rin-chan! — sonreía el alegre Nagisa devorando el pescado, tanto el suyo como el de Rei o el de Makoto.

— La carrera ha ido genial, pero sigue siendo igual de competitivo, — el ojiverde suspiró, adiós a su caballa— en especial con Haru, ¿no?

— ¡Es el estilo de Rin-chan! — reía el rubio.

— Nagisa-kun, no me robes mi comida, tengo hambre. — le reñía el de gafas.

— Pero Rei-chan, yo también estoy hambriento.

— Eso no te da derecho a robar de MI plato. — dijo señalando los restos de su cena.

— Makoto. — ese simple llamado por parte de Haruka bastó para que su amigo le alcanzara la salsa agridulce— Gracias. — le agradeció llenando su plato de salsa, ahogando la caballa en ella antes de empezar a comerla.

— Es una estrategia para que Nagisa no le robe la comida. — explicaba Makoto sonriendo, viendo al rubio refunfuñar y a Rei anotando los datos de esa técnica secreta que usaba su sempai.

Tras un agradable rato la cena terminó y ahora estaba el grupo hablando, cómo no, de natación, tema que les entusiasmaba a todos; aunque en un momento dado el ambiente cambió por completo, y ese momento fue cuando Nagisa mostró la película que le había “robado amablemente” a un compañero de clases. Nada más y nada menos que una película erótica, aunque para desánimo del rubio, ninguno de los 3 chicos mostró interés alguno en ver el film.

— ¡¿Haaa?! ¡Pero si será divertido! — les animaba mostrándoles la carátula, bastante sugerente puesto que la mujer iba medio desnuda— ¡Es una historia de amor entre un estudiante y su profesora!

— Dudo que haya amor en esa película. — sonreía Makoto intentando calmarle.

— Yo directamente me niego a ver algo que no sea hermoso.

— Rei-chan, ¿no te parece hermoso el rostro de una mujer al gemir?

— Eso depende de muchos factores. — se sonrojó y giró el rostro mientras se acomodaba las gafas.

— ¡Rei-chan se ha puesto nervioso! ¡Eso son ya dos votos para ver la película!

— ¡¡No decidas las cosas por tu cuenta!! — le gritó ahora aún más ruborizado.

— Haru-chan, ¿podemos ver la película? — le miró casi al borde del llanto, aunque el ojiazul permaneció impasible— Ne, Haru-chan~ Haru-chan~ Haru-chan~ ¿podemos, podemos, podemos, podemos~?

— No sé yo si a Haru le gustará ese género… — respondía Makoto intentando calmar al rubio— Ah, quizá si fuera en una piscina.

Haruka desvió su mirada hacia el castaño desde que escuchó esa palabra que tanto le gustaba oír.

— Haru-sempai parecerá un fetichista del agua. — murmuró Rei ladeando su cabeza— Bueno, no es una parafilia extraña comparada a otras que existen.

— ¡Rei-chan es un pervertido! — Nagisa le señaló, tras escabullirse de los brazos de Makoto, que inútilmente pretendían dejarle sentadito para que no siguiera moviéndose de un lado a otro continuamente.

— ¿Quién es el pervertido aquí? ¡Has sido tú quién ha traído el porno!

— Parad de una vez, ya es de noche y despertaréis a los vecinos. — de nuevo era el más alto de todos el encargado de poner orden y sembrar la paz en la sala.

— Dejando a un lado la perversión de Rei-chan y volviendo al tema, — sonreía Nagisa de manera algo malvada— Haru-chan, me preocupas, ¿incluso cuando te masturbas piensas en agua y no en alguien que te guste?

— ¡Nagisa! ¡¿Qué clase de pregunta es ésa?! — le gritaron a coro Rei y Makoto, luego miraron algo asustados hacia Haruka, pero éste permanecía de lo más tranquilo en su sitio de la mesa.

— Umh… masturbación, ¿eh?

— ¡¡No puede ser!! — Nagisa corrió hacia él y sujetó sus manos— Haru-chan, ¡¿nunca lo has hecho?!

— Nagisa, que esas cosas no se preguntan…— sus voces volvieron a sonar sincronizadas, pero no podían negar esa curiosidad que les había entrado.

— Haru-chan, contesta: ¿lo has hecho o no?— insistía el rubio en el tema, mirándole convencido.

— Nunca he tenido motivos para hacerlo. — confesó mirándole con esa usual indiferencia suya marcando su rostro.

La mandíbula de los presentes casi se desencaja de pura sorpresa, en 17 años ni una sola vez había ‘jugado’ con su propio cuerpo, ¿y podía considerarse un hombre? Aunque más les hubiera sorprendido que Nanase Haruka hubiera contestado un “sí, normalmente me masturbo pensando en X persona”; sin duda Haruka cabría en la definición de una persona asexual, su único interés era la natación -al estilo libre, por supuesto.
Nagisa rió después de asimilar la respuesta y comenzó a darle toda clase de consejos referentes al mismo tema, como por ejemplo las posiciones más usuales a la hora de hacer el amor con alguien, cómo dar el beso perfecto, el mejor momento del día para dedicarse al ‘amor propio’, el movimiento de las manos sobre una erección, incluso le dejó varios pañuelos de papel por si quería practicar luego.

— Y no lo olvides, — le decía alzando su dedo índice— si piensas en quien te gusta mientras lo haces se sentirá incluso mejor, ¡te lo garantizo! — guiñó el ojo sonriendo.

— Nagisa, es aterrador que puedas dar dichos discursos…— le dijo Makoto con un tic nervioso en su ceja izquierda, aún algo en shock por todo lo que acababa de oír.

— Pero es lo normal para un adolescente, ¿no es así? Mako-chan, ¿necesitas clases de masturbación o sexo? ¿Rei-chan, quieres clases también?

— No me hace falta, ahórrate el esfuerzo. — el de gafas se negó rotundamente.

— Muchas gracias, pero por mí no te molestes. — sonreía Makoto de manera amable, negándose de la misma forma.

Los chicos se despidieron de Haruka y se fueron por donde mismo vinieron, aunque Nagisa aún se negaba a irse, diciendo que ahora Haru-chan quizá necesitaba ayuda o más consejos; sin embargo tanto Makoto como Rei lo arrastraron lejos de la casa, dándole un descanso al peliazul. Sabían ellos que en muy poco rato habían roto toda su calma.


Aunque lo peor estaba por llegar.

Porque el encontronazo que tuvieron con el mayor de los 2 hermanos Matsuoka no fue para nada premeditado, el chico simplemente corría por la zona como parte de su entrenamiento nocturno, y en su ruta se había topado con los otros 3; tras saludarse y dedicarse alguna que otra palabra, pues Nagisa dejó caer la bomba, esa bomba que rompería ya por completo la calma en Haruka.

— ¡Y gracias a mí, Haru-chan es todo un experto en la cama! Rin-chan, ¿quieres que te enseñe?

Makoto suspiró al oírle y terminó por arrastrar de nuevo a Nagisa, dejando que Rei se disculpara en su lugar con Rin debido a los comentarios del rubio; luego siguieron caminando dejando solo al pelirrojo con su cara de consecuencia en medio de la calzada.

— ¿Qué cosa dices que habéis hecho…?— se preguntó suavizando poco a poco su expresión.

Por unos segundos intentó despreocuparse y seguir su camino hasta las habitaciones de Samezuka, pero le resultó imposible, la curiosa -y estimulante- imagen de Haruka gimiendo apareció sin pedir permiso en su mente, nublando todo lo que había allí.

— ¡Aagh, maldito hombre-caballa! — con rapidez giró y se encaminó hacia esa casa que tan bien conocía, pues había ido bastantes veces de niño.

---


Tras esa ráfaga de consejos e información que le dio Nagisa, Haruka se quedó unos momentos en silencio, ordenando cada idea en su cabeza, era bastante información nueva la que acababa de recibir: diferentes posturas sexuales -a cada cual más extraña-, había aprendido que se debía respirar por la nariz si se está en medio de un apasionado beso, o que la masturbación con ambas manos se sentía bien, pero que llegaba a resultar más placentera si sabías qué parte tocar…
Suspiró, le interesaba muchísimo más dónde se abrirían antes las piscinas que todas esas cosas sobre sexo, ¿de qué servirían si ni siquiera tenía pareja?

— Pareja. — con ese concepto se metió en la bañera, ese tipo de cosas se hacían mejor en pareja, ¿cierto? Miró hacia abajo, observando curioso, ¿pasaría algo malo si lo intentaba?

Asintió convencido con la cabeza, hoy mismo le habían dado toda una argumentada charla sobre el amor propio, o así lo llamaba Nagisa. Soltó el aire en un suspiro armándose de valor para poder comenzar, lo 1º era librarse del bañador que llevaba.

— Una pena, es de mis favoritos…— murmuraba dejando fuera la prenda. Estuvo unos buenos segundos simplemente sintiendo el agua recorrer por completo su cuerpo, sin ropa de por medio.

Movió luego sus manos, aunque no tenía idea de por dónde empezar; bueno, lo lógico era ir a su entrepierna y una vez allí comenzar a moverse, así que hacia esa zona fue su valiente mano derecha, mientras que la izquierda se quedó cómodamente apoyada en el borde de la bañera… pero pese a su empeño, aquello no pareció funcionar, el calorcillo que empezaba a sentir era algo agradable pero poco más. Recordó entonces lo que el rubio le había dicho: “si piensas en quién te gusta mientras lo haces se sentirá incluso mejor.”

— Quién me gusta…— repitió el concepto deteniendo el movimiento de su mano derecha, ¿había alguien así en su vida? Bueno, ya iba siendo hora de descubrirlo.

Cerró sus ojos echando hacia atrás la cabeza, apoyando su espalda en la parte trasera de la bañera, buscando la posición más cómoda. Por su mente pasaron imágenes de todo aquél al que conocía, hombre o mujer… de esta forma pensó en Makoto, en Rei, en Nagisa, en Gou, e incluso en sus profesores o profesoras.
Bajó de nuevo la vista, esta vez un tanto molesto, no había ninguna reacción por parte de su cuerpo, se supone que precisamente un músculo debía ir “despertando” ahora, ¿no? ¿Qué era lo que no cuadraba? ¿En qué fallaba?

— ¡Haru! ¿Estás ya dormido? — una voz más que conocida llegó a su cabeza.

— Rin.

Eso podía ser, no había pensado en él, no perdía nada por probar; cerró sus ojos acomodándose en la bañera y dejando viajar por 2ª vez a su mano derecha. Con suavidad envolvió la base de miembro para después subir un poco hasta la punta, bajando, subiendo, bajando, subiendo… el proceso era bastante sencillo.

— Rin…— murmuró su nombre, ¿estaría bien pensar que fuera él quién se lo hacía? ¿Podía fantasear con la idea de que era su mano quién ahora le masturbaba? — Umh…— no sonaba nada mal, al contrario, ese pensamiento empezaba a gustarle.

— Haru, ¿te estás bañando a estas horas? — de nuevo esa voz, SU voz, resonando por sus oídos.

— R-Rin…— un suspiro, eso fue lo que escapó de sus labios; no tenía claro el por qué, pero necesitaba que su mano se moviera más rápido, ya sus piernas habían comenzado a retorcerse e incluso había inclinado su espalda, esto se sentía realmente bien.

— Y de verdad te estás bañando, lo tuyo ya es grave, ¿eh?

Haruka espabiló de golpe, ¿no sonaba como que muy cerca la voz del otro? Detuvo a regañadientes el estimulante movimiento que hacía su mano derecha y giró la cabeza.

— ¿Rin? — se quedó sorprendido al verle a unos pasos de distancia, ¿qué hacía aquí?

— Puedo esperar a que termines de bañarte, tranquilo. — murmuró dándose la vuelta, no iba a quedarse ahí viendo a Haru bañarse -y no porque no quisiera hacerlo, desde luego, en este caso la educación era más importante que sus deseos.

Sin embargo el ojiazul reaccionó a tiempo, salió casi a trompicones de la bañera corriendo hacia él, dándose cuenta entonces de lo mucho que le costaba caminar. Es más, tuvo que agradecer que Rin no hubiera retrocedido demasiado o hubiera acabado en el suelo, se aferró a su hombro para no caer.

— ¿Haru? — giró un poco el rostro, el menor había quedado a su espalda— Mi ropa está empapada en sudor, ¿sabes?

— R-rin…— esta vez se preocupó, todo su cuerpo estaba temblando, rogando porque le siguiera acariciando de aquella manera— R-rin… — sin embargo su voz no salía, apenas llegaba a murmurar el nombre del pelirrojo.

— ¿Estás bien? — le preguntó, pues era bien extraño que la voz de Haruka temblara.

— Rin…— logró normalizar su respiración con el paso de los segundos, pero seguía sin poder mover sus piernas— ¿Puedo… pedirte una cosa?

— ¿Qué pasa? — suspiró, esto no estaba siendo para nada normal.

— ¿Podrías masturbarme?

Y eso ya rompía todos los límites de las situaciones que se pudieran catalogar como ‘normales y corrientes’. Para empezar tenía a un hiperventilado Haruka a su espalda, desnudo, sujetando con tanta fuerza su hombro derecho que temía por el estado de su omóplato; y por otro lado estaba él, con una muy elegante ropa que consistía en un chándal, ya bastante sudado debido al buen rato que llevaba corriendo bajo la noche. No iba a negar que un baño sí aceptaría, más que nada para sofocar el calor que sentía desde hace rato, pero… ¿acaso el baño incluía la masturbación?

Se sonrojó negando una y otra vez con la cabeza, intentando mantener la calma.
— Es una broma, ¿no? — pudo decir sin que su voz se tambaleara.

Haruka no contestó, sólo dejó que su rostro se apoyara en la espalda del mayor, movió con algo de miedo sus manos hasta que logró sujetar la muñeca derecha de Rin; con el mismo ritmo pausado la movió hasta que quedó cerca de su entrepierna, un leve movimiento de cadera y los largos dedos del pelirrojo tocaron directamente el músculo más sensible de toda su anatomía, arrancándole otro suspiro.

— ¡¡Ha-Haruka…!!— alarmado retiró su mano y se separó girándose, mirando por primera vez al otro de frente. Se ruborizó a un ritmo peligrosamente acelerado, vaya una vista era ésa — ¿Q-q-qué rayos hacías tú en la bañera…?

— Me masturbaba, estoy aprendiendo. — contestó con sinceridad, pero para nada avergonzado, de hecho su expresión seguía siendo la misma: indiferente.

Esa mueca carente de cualquier sentimiento hizo que Rin se molestara, ¿cómo podía hacerlo?
— Por el amor de…— suspiró llevándose la mano a su frente— Estás duro, al menos ten un poco de emoción con eso, ¿quieres?

— ¿Emoción? ¿Cómo cuál? — se acercó tambaleante a él, pero el mayor retrocedía, hasta que se vio acorralado: a su espalda, los azulejos del baño y frente a él, Haru— ¿Qué expresión pones tú cuando te masturbas?

— ¡¿C-cómo quieres que lo sepa?! — se sonrojó incluso más— ¡¡No lo hago frente a un espejo!!

Sin darse cuenta acababa de afirmar que sí lo hacía, pero no frente a esa superficie reflectante; mensaje que le llegó claro a Haruka.
— Entonces, ¿puedes masturbarte ahora? — le preguntó como quién pregunta la hora— Quiero ver tu expresión mientras lo haces, Rin.

— Tú has bebido o algo, ¿verdad? — el sudor frío caía por su espalda, ¿por qué le parecía el ojiazul tan intimidante ahora mismo?

— Si no quieres, puedo hacerlo yo, te he dicho que estoy aprendiendo. — le decía llevando sus manos a su pantalón, no le costó esfuerzo colarse bajo él y palpar su ropa interior— Estás bañado en sudor, Rin. — retiró una de sus manos, viendo en ella pequeños rastros del cristalino sudor que se acumulaba por la ingle del mayor.

Lleno de curiosidad se llevó el dedo índice a la boca para, de alguna manera, probar el salado sabor del Matsuoka… le gustó, o al menos no le desagradó en absoluto. Miró aun curioso al otro, y se confundió un poco viendo su rostro tan terriblemente sonrojado.

— ¿Te pasa algo, Rin?

— ¡¿Y TIENES LAS SANTAS PELOTAS DE PREGUNTAR QUÉ ME PASA?! — estalló— ¡¡Joder, sólo mira dónde tienes tu mano!! ¡Y no sólo eso, sino que te pones a lamer mi sudor!! ¡¿Pero tú sabes lo raro que es eso?!

— ¿De verdad lo es?

— ¡¡Claro que lo es, maldición!!

— Ya veo. — bajó un poco la mirada pensativo, tras unos segundos aclarando ideas le volvió a mirar a los ojos— ¿Puedo entonces masturbarte sin probar tu sudor?

Rin soltó un MUY largo suspiro a la vez que murmuraba un sinfín de palabras, apenas lograba entenderse lo que decía; desplomó su rostro en el hombro del menor, rodeó su cintura con los brazos hasta que pudo abrazarle, pegándole del todo a él.

— ¿Rin? — sin habla se quedó por el abrazo… el cuerpo del otro era demasiado cálido, ¿era bueno que le gustara estar de esta forma entre sus brazos?

— Cállate, has empezado tú. —refunfuñó apretándole con algo más de fuerza pero sin asfixiarle, soltó un pequeño suspiro cuando su entrepierna se pegó a la de Haruka; ese gesto era demasiado íntimo.

— No me has contestado. — le dijo el menor dejándose abrazar, descubriendo sensaciones nuevas en este abrazo.

“¿Qué te habrá dado a ti hoy?”, pensó Rin volviendo a suspirar; se separó para poder mirarle a los ojos, podía ver la curiosidad resplandeciendo en ellos… al fin veía algo de emoción en su rostro, ¿habría forma de ver más? Bajó la mirada por su esbelto cuerpo, prestando especial atención a cierto músculo, más que animado y despierto. Supo entonces que sí había forma de ver más de Haruka, ver más de sus expresiones.

En primer lugar le giró, quedando esta vez Haru acorralado entre su cuerpo y los azulejos de la pared. Su sonrisa creció viendo cómo el rostro del menor se sorprendía debido al repentino movimiento, al fin iban cambiando las tornas en la situación.

— Para estar aprendiendo, — decía Rin acercándose al otro, su mano izquierda servía de apoyo en los brillantes azulejos, impidiendo que Haruka huyera— parece que lo haces bien. Esto está bastante animado ahora, ¿no crees? — llevó su mano derecha hasta el miembro del menor, picoteándolo un poco— ¿Pensabas en alguien mientras lo hacías?

— Rin…— suspiró, ahora los dedos del pelirrojo rodeaban su erección empezando a masajearla de una manera tan lenta como placentera.

— ¿Umh? Dime.

— D-digo que pensaba en Rin…— volvió a suspirar— Pensaba en ti mientras lo hacía.

La mandíbula del mayor casi se desencaja al escuchar su respuesta, y un agradable escalofrío le recorrió la espalda de arriba abajo; le gustaba bastante la idea de que Haru pensara en él precisamente cuando se masturbaba, de hecho, una sonrisa comenzaba a dibujarse en sus labio, “vale, esto no puede ser normal”, pensó sin poder borrar esa sonrisilla.

— Es bueno saberlo. — dijo fingiendo estar tranquilo mientras avanzaba hasta el cuello del ojiazul. Separó sus labios plantando en su piel un pequeño mordisco, luego deslizó lentamente su lengua por allí, disfrutando su sabor.

— R-riin…— Haruka jadeó, subió sus manos hasta los hombros del mayor para no caerse, incluso aunque su espalda estaba contra los azulejos sospechaba que se podría caer debido al continuo temblor de sus piernas.

Rin sonrió subiendo su lengua hasta llegar a la oreja del menor, mordisqueando su lóbulo o lamiéndola, dejando al mismo tiempo que su mano derecha apurara el ritmo de sus movimientos por su erección; comenzando a masturbarle más rápidamente esta vez.

— E-esper- ¡aaah! … R-riin…— volvió a jadear con voz acelerada aferrándose a su ropa, le clavaba incluso las uñas, confiando en no rasgar la tela del chándal.

— ¿Se siente bien? — preguntaba el pelirrojo sin molestarse en disimular la sonrisa que cursaba sus labios— Dime Haru, ¿voy bien? — le preguntó sonriendo mientras mordía su mentón, mirando en todo momento el rostro del ojiazul.

— S-se siente m-muy bien…— suspiró con un fuerte escalofrío recorriendo su espalda— Aaah…

— Puedo hacer que se sienta mejor. — murmuró yendo hacia la boca del contrario.

El besó que plantó en sus labios apenas fue tierno los primeros segundos, más tarde el ansia pareció dominarle y se encargó de devorarle, exploraba sin descanso cada rincón de la cavidad con su inquieta lengua; jugando de cuando en cuando con la de Haru o escuchando los pequeños suspiros que se ahogaban en el beso.

Se encontraba abrumado en ese pasional beso cuando sintió el cuerpo del menor estremecerse por completo, además que sus uñas se clavaban con fuerza en su nuca, “se va a venir, ¿cierto?”, pensaba separándose muy poco a poco de esos tentadores labios, quién le iba a decir que disfrutaría tanto de sólo besarle. Su predicción fue acertada y Haruka soltó un profundo jadeo que hizo a todo su vello erizarse, Rin supo que cada poro de su cuerpo había reaccionado frente a aquella voz.

— Haa… Rin…— desplomó su cabeza en el hombro del otro, relajando un poco sus dedos, bajando sus manos hasta apoyarlas en la tonificada espalda del Matsuoka. Incluso sobre la ropa podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo.

— Parece que lo has disfrutado. — le dijo con una risita mientras le miraba.

Sin habla se quedó sintiendo cómo le devolvía el beso de la misma forma, ahora era la lengua de Haruka la que llevaba la batuta en esa danza que tenía con la del mayor. Éste acabó por morderle, escuchando su suspiro, para terminar el beso.

— ¿Rin…?

— Me parece que tendré que usar tu ducha. — murmuró rascándose la mejilla, claro que con la mano izquierda, en su derecha estaban los restos de una delatadora sustancia blanquecina— Quiero decir, es imposible que regrese así…— se sonrojó girando el rostro.

Fue Haru quién agachó la mirada, observando lleno de curiosidad un sospechoso bulto que había nacido entre las piernas del mayor. Movió su mano hasta apretarlo un poco, escuchando el suspiro junto a los insultos que Rin soltó en respuesta; el ojiazul tuvo que reír un poco al oírle, parecía que su gesto le había sorprendido.

— Rin, — le miró convencido— ¿me dejas ayudarte con eso? — preguntó inclinándose hacia sus labios, había descubierto que sus besos le robaban por completo el aliento, pero le encantaba, no tenía muy claro el por qué, pero quería besar más y más al mayor de los dos.

— Eso en parte es culpa tuya…— refunfuñó chasqueando la lengua, de nuevo volvía a avergonzarse ante la franqueza de Haruka, ¿cómo podía mantener la calma en este tipo de situación?

— Nagisa me ha dicho que puede hacerse con la boca o con las manos, — decía mirando directamente sus ojos— ¿qué prefieres, Rin? ¿Cómo quieres que lo haga?

El rostro del pelirrojo se sonrojó ahora por completo, Nanase parecía más que decidido a hacer lo que fuera que le pidiera, ¿iba en serio? Él había venido picado por la curiosidad pero, ¿qué estaba pasando entre ellos? O peor aún, ¿qué iba a pasar ahora?
No pudo hallar una respuesta, su mente quedó en blanco sintiendo algo muy húmedo lamer con calma su ropa interior. Se atrevió a bajar la mirada para ver a Haruka arrodillado frente a él, bastante entretenido en lo que hacía.

— Rin, estás duro. — deslizó lentamente sus bóxers por sus muslos, dejando al descubierto la erección del mayor; un pequeño rubor llegó a sus mejillas, pero sólo por eso no se iba a detener.

Se acercó y comenzó a lamerla con calma, pues no tenía prisa, empezaba en la base para luego ir subiendo por toda su extensión, saboreando el músculo y dejando un pequeño camino de saliva por donde iba su lengua. Claro que tanto estímulo en precisamente ESA parte de su cuerpo le arrancaba más de un jadeo a Rin, ya empezaba a retorcerse y optó por apoyar ambas manos en las baldosas de la pared, dejando sobre ellas su cabeza.
Haruka volvió a moverse, esta vez separó lo suficiente sus labios como para poder engullir la cabeza de aquel músculo tan importante. No tenía nada claro qué hacer ahora, así que se guió por pura intuición masculina comenzando a tragar más y más, teniendo ahora en su boca el miembro del otro, o al menos la mayoría, aunque quisiera le era imposible “comerlo” todo, su boca no era tan grande. Se decidió ahora por moverse un poco, primero hacia atrás y luego volviendo a succionar a la vez que movía tímidamente su lengua, lamiendo la ardiente piel del otro.

— Ha-Haaruu…

El menor se estremeció de arriba a abajo escuchando tan estimulante gemido, se armó de confianza repitiendo sus movimientos ahora con más soltura. Parecía que aquello a Rin le gustaba, Haruka podía sentir sus leves sacudidas e incluso sentía cómo su miembro palpitaba en el interior de su boca. Cerró los ojos ahogándose entre las nuevas sensaciones que estaba experimentando, notaba que su propio miembro volvía a reaccionar, ¿le excitaba hacer esto? Con su mano salió de dudas, entre sus piernas había vuelto a crecer otra erección; su gemido se ahogó en su garganta mientras se acariciaba a sí mismo con una mano a la vez que seguía moviendo sin descanso su boca. Sin duda esto le gustaba, debía admitirlo.

— Haru… t-tienes que apartarte ahora…— Rin le intentaba avisar sujetando su cabello, aunque sin mucha fuerza en su agarre, todo su cuerpo temblaba.

— ¿Pwor quwé? — le preguntó alzando la mirada, pero con su boca aún ocupada— ¿Nwo lo hwago bwien?

— N-no hables…— jadeó, ahora Haruka le había mordido— M-mierda… n-no hables con e-eeso en la bocaa…— chasqueó la lengua sujetando con más fuerza su alborotado cabello— H-haaru… e-en serio, apa-aártatee…

— Nwo quierwo. — refunfuñó igual que un niño haciendo algo más bruscos sus movimientos.

Aquello pareció ser la guinda final, pues el pelirrojo gimió más agitado esta vez segundos antes de acabar irremediablemente entre los labios del menor. Se dejó caer sobre sus rodillas frente al otro, se acomodó estirando sus piernas mirando su rostro y sonrojándose al instante, había varias manchas blancas por sus mejillas.

GLUP.

Todo el rostro de Rin enrojeció al escuchar dicho sonido, viendo cómo algo bajaba por la garganta del ojiazul… sabiendo lo que era.
— ¡¡Haru!! — le miró alterado— ¡¿Por qué lo has tragado?!

Haruka se alzó de hombros volviendo a relamer sus labios, no podía decir que le hubiera disgustado su sabor; además, ver esa expresión que el mayor le mostraba… eso lograba que mereciera la pena cualquier esfuerzo. Se deslizó hacia él rodeando su cuello con las manos, quedando arrodillado sobre sus piernas.

— El sabor de Rin…— murmuró mirándole de frente— No es tan bueno como la caballa, pero me gusta.

— No compares ESO con un pescado. — alzó una ceja, volvió a chasquear la lengua limpiando el rostro de Haruka con la manga de su chaqueta— Lo tienes por toda la cara…

— Eso es porque salió un montón, Rin, no pude con todo, lo siento. — decía dejando que el otro le limpiara.

— N-no te disculpes, idiota. — refunfuñó sin poder borrar el sonrojo de sus mejillas, tras unos segundos acabó y miró los ojos del otro, ¿siempre habían sido tan brillantes?

Se acercó sujetando su mentón hasta volverle a besar, al igual que antes, comenzó siendo un beso tierno -e incluso tímido-, y se volvió uno más pasional con el paso del tiempo; sus manos habían bajado hasta la baja espalda de Haruka, descansaban allí acariciando su piel. Mientras que los dedos del menor volvían a enroscarse con varios de sus rojizos mechones, impidiendo que se alejara un solo centímetro de donde ahora estaba. El beso terminó, pero le siguieron otros tantos igual de fogosos, quizá era ahora donde sus sentimientos cobraban forma y representación, pues el aliento le faltaba a ambos; cualquier resquicio de oxígeno que hubiera en sus pulmones era robado por el contrario sin un mínimo de esfuerzo.

— Rin…— el ojiazul hablaba regulando poco a poco su agitada respiración— Tengo una erección de nuevo, ¿podrías masturbarme otra vez? Se volverá doloroso si no lo soluciono.

— Tienes un don para matar el ambiente, Haru. — le dijo entre suspiros.

— Pero…

— Ya, ya, ya te oí, no te preocupes. — refunfuñaba Rin mirando de un lado a otro, logró encontrar lo que buscaba, estiró el brazo cogiendo el bote de crema hidratante. Lo abrió bajo la mirada confundida del otro— Umh, avísame si te duele… o algo así, ¿vale?

Murmuró dejando que Haruka se acomodara, aun de rodillas en su regazo, y rodeando su cuello con sus brazos, sujetando incluso varios de sus rojizos mechones. Llegó a tirar de ellos sintiendo el primer dedo ajeno jugueteando por su entrada, agradecía el detalle de la crema hidratante -parecía que gracias a eso podía deslizarse mejor en tan íntima zona. Su cuerpo entero se sacudió cuando ese largo visitante comenzó a moverse en su interior, optó por aferrarse por completo al otro, incapaz de controlar los pequeños saltitos o sacudidas que daba.

— ¿Te duele? — le preguntó Rin acentuando el movimiento de sus dedos, ya eran dos los que bailaban en el interior del menor.

Haru negó con la cabeza sin despegar su rostro del cuello del pelirrojo; llegaba a morder su piel o clavarle las uñas a medida que sus dedos se seguían moviendo, haciendo hueco en su interior para lo que después ocurriría, había comprobado hace unos minutos la dureza de Rin, sabía que le debía preparar bastante para lo siguiente. El tercer dedo, bien embadurnado en la crema hidratante, se hizo presente; arrancándole un jadeo, volvió a retorcerse intentando acostumbrarse a dicha intromisión. No era como si le doliera, pero sí que le resultaba bastante extraño, ¿y cómo no cuando tenía dentro de él 3 dedos ajenos?

— Hey, ¿qué tal? — Rin alternaba entre una mano y otra, asegurándose de preparar correctamente al menor. Suponía que cuanto mejor se hiciera ahora, mejor se sentiría después; y tampoco quería lastimar a Haru.

— E-es raro…— jadeó volviendo a retorcerse, qué largos le parecían ahora los dedos del pelirrojo— P-pero está bien…

— Si tú lo dices. — murmuró aun sin convencerse del todo.

— Ungh…— la respuesta de Haruka fue un leve quejido, acompañado de varios jadeos. Poco a poco, la molestia se iba.

— Haru, cuesta mucho mantener la calma cuando te pones a gemir a mi oído, ¿sabes? — advertía el pelirrojo intentando concentrarse en lo que hacía.

— P-peero… R-riin… tus d-dedos… — continuaban sus jadeos, aun aferrado al mayor— S-se siente b-bien…

“Es demasiado excitante”, pensó Rin apartando sus manos, le echó un rápido vistazo al rostro del ojiazul. Ésta era la primera vez que veía en él esa expresión, la cual mezclaba nerviosismo y deseo a partes iguales.

— ¿Puedo entrar ya…?— preguntó relamiendo sus labios, su cerebro empezaba a asimilar lo que ocurría.

Haru asintió con la cabeza un tanto avergonzado, dándole vía libre para hacer lo que quisiera; Rin primero sujetó sus caderas y luego las movió hacia abajo, logrando que su erección acariciara una zona tan íntima como aquélla. Apretó los labios intentando no jadear sintiendo que muy poco a poco un duro músculo de su cuerpo comenzaba a abrirse camino en el interior del menor. Éste jadeaba a medida que iba avanzando en su camino, se mordió con fuerza el labio inferior intentando acallar su voz por alguna de las maneras; le avergonzaba bastante cómo sonaba ahora mismo.
Por su parte, Rin había echado hacia atrás su cabeza, soltando algún suspiro a medida que el ojiazul se iba moviendo sobre su cadera; cada vez iba llegando más y más profundo en él. Sin quererlo clavó sus uñas en los muslos del otro, empujándole un poco hasta que Haruka quedó totalmente piel con piel -aunque el pelirrojo seguía llevando su ropa.

— R-riiin…— gimió apoyando la cabeza en su hombro, cogiendo aire de manera un tanto apurada, ¿era posible que se sintiera tan bien? ¿Cuánta de esa resbaladiza crema había en su interior?

— Está realmente estrecho. — suspiró volviendo su rostro para poder mirarle, se acercó a su oreja y la mordió— Haru, ¿puedo moverme un poco?

Asintió revolviéndose con el leve mordisco, se estremeció sintiendo sus afilados dientes clavándose en su cuello al mismo tiempo que su propia cadera comenzaba a subir y a bajar. Deseando más de aquello optó por ayudarle, así que apoyó ambas manos en sus hombros sobre la chaqueta, sirviendo como apoyo, y comenzó a moverse, siguiendo el ritmo que el otro había marcado.

— Aaa-ah… R-riin…— el gemido se repitió con tanto movimiento, ya estaba de nuevo aferrado a su cuello mientras dejaba escapar más y más jadeos.

El pelirrojo inclinó el rostro hacia él, se encargó de robarle por completo el aliento mientras se movía; ese vaivén que Haruka tenía contra sus caderas comenzaba a volverle loco, podía asegurar que su miembro en cualquier momento estallaría, ¿cómo soportar tanto calor que ahora mismo le sofocaba? No ayudaba el hecho de seguir llevando el molesto chándal, nunca pensó que la ropa podía molestar tanto.

“Deberíamos haber ido a la cama…”, pensó chasqueando la lengua, a pesar de que la actual situación le gustaba bastante, pues no era suficiente, no lo era en absoluto, quería más; por supuesto que quería más, quería ver al otro totalmente descontrolado gimiendo sin parar su nombre, ¿habría forma de ver aquello? Bien, sólo había una forma de comprobarlo, “lo siento, Haru, quizá te duela un poco”.
No hubiera estado de más haberse disculpado en voz alta, al menor le pilló totalmente por sorpresa su siguiente movimiento: casi sin saber cómo, su espalda acabó sobre las frías y húmedas baldosas del baño, enfocó la vista viendo a Rin quitándose el oscuro chándal que hace unos momentos llevaba. Una vez despojado de cualquier prenda, se inclinó hacia él volviéndole a besar; Haru se perdió en dicho beso sintiendo cómo volvía a adueñarse de su cuerpo, una certera estocada que le sacudió por completo.
Gimió tirando con fuerza de su rojizo cabello, pudo ver de refilón la sonrisa de Rin, ¿acaso disfrutaba al escucharle gemir? Un leve rubor recorrió su rostro, era vergonzoso. Sin embargo parecía ser cierto, cuando volvió a gemir -de la misma forma gracias a la 2ª embestida- la sonrisa se repitió en sus labios. Incapaz de articular palabra alguna, Haruka se limitó a aferrarse completamente al otro, clavando las uñas en su espalda y rodeando su cintura con las piernas, impidiendo que se alejara demasiado.

De cuando en cuando podía escuchar la apurada respiración de Rin, chocando su aliento contra su oreja, ¿podía ser ese gesto TAN excitante? De nuevo su cuerpo temblaba y se retorcía a partes iguales; gemía dándole salida a todas las sensaciones que le envolvían… podía sentir los numerosos mordiscos que el pelirrojo le daba, a este paso acabaría con su cuello repleto de marcas, ¿cómo explicar su origen mañana si alguien preguntaba? No era una cuestión que le importara demasiado, todo iría bien siempre y cuando pudiera nadar, con marcas o sin ellas, eso no influía en la natación.

Lo que quizá sí iba a influir era el desenfrenado ritmo que Rin llevaba contra sus caderas, curioso que sus numerosos entrenamientos de resistencia física no se limitaban sólo a la natación; para este tipo de actividad venían igual de bien. Parpadeó mirando embelesado el rostro de Haruka, estaba tan sonrojado, no era capaz de cerrar sus labios y su mirada estaba humedecida en lágrimas, su rastro se dejaba ver por sus mejillas. Se acercó lamiendo su piel, escuchándole suspirar; si bien el ojiazul solía ser indiferente la mayoría del tiempo, ahora mostraba toda clase de sentimientos y emociones, las cuales sólo lograban hipnotizarle más y más.

— R-riiin… — lejos quedaba el tono impasible, su voz sonaba demasiado agitada ahora mismo— N-no… no pued… haaa…

— T-tienes que soltarme, Haru…

— ¿Por qué…? No quiero soltarte…— le miró esta vez confundido, arrancándole una leve risa al mayor.

— Me voy a venir… l-lo haré dentro si no me sueltas…— jadeó, Haruka hizo caso omiso de su petición.

Sus piernas aseguraron la posición, e incluso clavó con más fuerza las uñas en la piel de su espalda, dejando claro que no pensaba soltarle, ¿significaba eso que estaba bien si lo hacía? Lamentablemente no pudo pensar por mucho tiempo más, una última estocada sirvió como detonante; el primero en acabar fue el menor -gimiendo de nuevo su nombre-, y Rin le siguió instantes después, reaccionando cada centímetro de su cuerpo, parecía que una corriente eléctrica le recorría de pies a cabeza.

— Haaru…— suspiró conteniendo su peso en ambas manos, una a cada lado de su rostro, recobrando el aliento e intentando no desplomarse sobre Haruka.

Éste bajó las manos hasta apoyarlas en el pecho de Rin, luego se inclinó lo suficiente hasta besarle de manera breve, con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios. Apartó después las piernas dejando que el mayor al fin se separara, le habría encantado moverse y zambullirse en la bañera que Rin tenía a su espalda, pero todas las fuerzas que tenía parecían haber menguado. De hecho, fue el pelirrojo quién le ayudó no sólo a ponerse en pie, sino también le acompañó en su baño y le alcanzó la ropa que componía su pijama.

— Rin, — le llamó mirando cómo estiraba las sábanas de su cama— ¿somos pareja ahora? — ladeó la cabeza viéndole caer en el colchón mientras tosía apurado.

Se acercó a él preocupado y dándole palmaditas en la espalda, no entendía su reacción, ¿había algo mal? ¿Estaría enfermo?

— ¿Qué demonios…? — el pelirrojo logró incorporarse hasta quedar sentado al borde del colchón, dejando que el ojiazul se acomodara a su lado -a fin de cuentas era su cama.

— ¿No quieres?

El rostro de Rin ardió y optó por girarlo, sin duda Haru seguía siendo Haru, esa franqueza ante cualquier tema, su voz ni siquiera había temblado un poco, ¡y para él sería imposible hablar de esto sin echarse a temblar y balbucear!

— ¿Rin?

— ¡Mierda, Haru, déjame pensar un momento! — se llevó las manos al rostro, apoyando ambos codos en sus rodillas, su mente debía reflexionar al menos unos segundos, porque lo que había ocurrido en el baño debía tener una explicación, al igual que también debía tenerla el hecho de haber disfrutado tanto de dicho suceso. Sin quererlo refunfuñaba, sin llegar a entenderse lo que decía o intentaba decir.

— Rin, si quieres pensar, adelante; pero ¿podrías hacerlo en silencio?

— ¡¡Pero si has empezado tú!! ¡¿Cómo puedes preguntar eso tras haber llegado los dos TAN lejos, eh?! ¡¿No es algo obvio?!

Haruka ladeó su cabeza con esa típica expresión suya, ese gesto indiferente que tanto molestaba al otro. Comenzaba a gustarle verle refunfuñar.
— Rin, eso significa que sí seremos novios, ¿o me equivoco? — repitió.

— C-como quieras…— volvía Rin a refunfuñar.

— Ha sido romántico, ¿cierto? — una sonrisa se dejaba ver en los labios del menor— La primera vez de ambos y tan cerca del agua…

— Tú en serio tienes un problema con el agua. — se inclinó hacia él hasta besarle, observó divertido cómo las mejillas del otro se sonrojaban, así que se separó sonriendo.

— No tengo ningún problema con el agua. — se removió y se cubrió con las mantas, pareciendo una croqueta— Y buenas noches.

— Haru, sabes que no puedo dormir sin mi almohada. — se dejó caer en el colchón con las manos tras su cabeza y cerrando los ojos— Es tarde, el último tren ya ha salido… y no pienso volver caminando.

Haruka se giró despacito, primero le miró de reojo y luego profundizó la mirada, sin apartarla un segundo del rostro adormilado del mayor. Se acercó al mismo ritmo lento y acabó por acurrucarse a su lado.
— Rin, aquí no te hace falta tu almohada. — estaba totalmente sonrojado, así que ocultó el rostro contra la ropa del pelirrojo -aunque el pijama que Rin ahora llevaba era del mismo Haru.

— ¿Tú me escuchas cuando hablo? Estoy acostumbrado a abrazarla mientras duermo.

— Abrázame a mí en su lugar. — no se atrevía a mirarle, así que simplemente sujetó con la punta de los dedos la tela de su camisa— Soy tu novio, ¿no es así? Entonces abrázame, Rin.

“Estúpido hombre caballa”, pensó el pelirrojo sintiendo cómo los colores subían todos a la vez a su rostro; sus mejillas debían estar terriblemente ruborizadas. Sin embargo mandó lejos su nerviosismo y se atrevió a girar lo suficiente como para abrazar a Haru; éste volvió a acurrucarse entre sus brazos, enterrando el rostro en su pecho.

Por inercia dejó una mano en su delgada cintura y la otra se entretenía acariciando su cabello, descubriendo que aún estaba un poco húmedo.
— Buenas noches, Haru.

Sin embargo el peliazul ya dormía, totalmente arropado con la calidez que el mayor le brindaba… si su cama estuviera hecha de agua y en ella nadaran libres las caballas que luego comería, ésta sería sin duda la mejor noche de su vida. Sin embargo, y de momento se conformaba con tener a Rin abrazándole, sabiendo que cuando despertara seguiría estando en el mismo sitio.


jueves, 7 de noviembre de 2013

Keiichi X Satoshi

Mi novia hizo un historia yaoi y me la pasó así que la publicaré por que es preciosa *¬* Te amo mi vida que sé que lo estás viendo <3.

Amor oculto

Una vez más me encontraba paseando por mi querido pueblo de Hinamizawa, sin entender el por qué no podía dejar de pensar en Keiichi que… ¿Qué te pasa Satoshi? (se dijo a si mismo) ¿qué es ésta sensación? Me arde el corazón solo de pensar en él…tranquilízate Satoshi solo es uno de tus mejores amigos, eso es… uno de tus mejores amigos o es que ¿acaso deseo que sea algo más?...Ah… lo mejor será que me vaya a tomar algo, ésta calor me debe estar afectando y confundiendo… *se dirige a comprar un refresco*
Ah que calor hace…*suspira* y para empeorarlo aún más mi cuerpo está más caliente solo de pensar en Keiichi… *se choca con Keiichi*
-Keii..Keiichi!.
- Oh Satoshi, que sorpresa! ¿Qué haces por aquí?
-Ke..Keiichi, estaba comprando un refresco… hace tanta calor… *se muerde el labio al mirar su cuerpo*.
- *Suspira* Si… y para colmo hoy tengo un partido de beisbol, ya sé! ¿Quieres venir a verme Satoshi? Te prometo que te guardaré un sitio especial *sonríe*
- *Le brillan los ojos* Cla..claro allí estaré!.
- Déjame agradecerte que puedas venir *le agarra de la mano y se lo lleva al bosque del pueblo, mira a su alrededor y lo pone contra un árbol mientras le morrea y saborea sus labios*
- Ke..Keii..*sin poder hablar apenas*
- Disfruta el momento, nadie nos está mirando, no tienes que preocuparte, se que estabas deseando éste beso tanto como yo *le guiña* así que solo dejame saborear tus labios una vez más *juguetea con la lengua en la boca de Satoshi y termina abrazándole con un largo silencio entre los dos*.
-No entendí nada de lo que sucedió en ese momento… apenas dormí, no podía dejar de pensar en aquel beso que me quitaba el sueño… solo sé que pude disfrutar de aquello que tanto deseaba mi corazón, de aquel chico que había robado mi corazón, Maebara Keiichi.
Durante el partido ninguno de los dos hablamos sobre lo sucedido el otro día… simplemente nos comportábamos como siempre, estuve apoyándole durante todo el partido mientras seguía sin sacarme de la cabeza aquel beso… sería solo un juego? Tal vez querría ver mi reacción?.. o era un simple juego entre amigos? Seguramente Keiichi no lo tomó como algo serio…
Tras acabar el partido, su equipo salió victorioso así que decidí ir a felicitarlo personalmente, entré en su vestuario pero se encontraba todo su equipo excepto él, justo cuando recibí un mensaje suyo *los latidos del corazón aumentan* “ reúnete conmigo en el vestuario de las chicas” nada más entrar Keiichi se abalanzó sobre mí..
-Aquí nadie podrá vernos tránquilo *Keiichi rápidamente lo desnuda y se muerde el labio al ver la figura desnuda de Satoshi*.
-Ke..Keiichi qué estas haciendo? Espera…
- Lo que tú y yo hemos deseado siempre hacer y por lo que tantas veces nos hemos contenido el uno al otro, Satoshi ya no podía soportarlo más a tu lado el cuerpo me arde, me cuesta tragar saliva y no puedo concentrarme en nada, ahora mismo voy a hacerte el amor.
-Ke…Keiichi *muy sorprendido* tú sientes algo por mí…?
-*Dándole pequeños bocados en la oreja comienzan a hacer el amor* Espero que esto responda a tu pregunta.
(Un rato después de hacer el amor)
-Keiichi… Sabes que nadie puede enterarse de lo nuestro, cierto…?
-No te preocupes, estoy dispuesto a aceptarlo *le besa* Te amo Satoshi.
-Te amo..Keiichi.
Y así fue como repentinamente me encontraba sentado en clase sin poder dejar de mirar a aquel chico… mi gran amor prohibido Maebara Keiichi mientras teníamos nuestras manos unidas debajo de la mesa formando un corazón.

Nagisa X Rei

1 Dulce + 1 Truco

Las hojas secas del otoño llegaban hasta la piscina de la secundaria Iwatobi, el clima era fresco por lo tanto el entrenamiento era indebido. Pese a que cierto pelinegro quisiera nadar de todas formas, era arriesgado y debieron cerrar el club bajo llave para que nadie se atreva a entrar –bueno más que nada para que Haruka no se atreva a entrar-.

Makoto se llevó a Haruka al arrastre hasta su casa, tan pronto como termino la jornada. Al no haber club, Gou decidió tomarse la tarde libre con su amiga e ir de compras. Dejando sin nada más interesante que hacer a los dos menores, Rei había planeado ir temprano a su casa, tomar un baño, merendar y estudiar un poco, anhelaba una tarde tranquila. Pero claro, eso es mucho pedir teniendo a un Nagisa muy interactivo a su alrededor. Simplemente no podía negarse a esos “suplicantes” y poderosos ojos castaños, por muchas veces que dijera “no”, era solo superficial, ya que siempre terminaría haciendo lo que el rubio pidiese.

No lo comprendía… ¿tanto era el poder de persuasión que tenía ese pequeño rubio? ¿Eran sus ojos? ¿Su voz? ¿Su manera de hablar? Siempre que tenía tan cerca a Nagisa su estómago crujía, sentía que algo en el pecho lo apresaba, lo ponía totalmente nervioso. ¿Por qué? Rei siempre ha estado orgullo de su inteligencia y su manera de procesar toda información, analizar, controlar y medir cada dato para poder refutar una teoría y una explicación fundamentada. Pero, ¿Por qué aun no comprendía al rubio? Si bien entendía que analizar una persona era más complicado, pero aun así siempre se podía predecir algún movimiento, comportamiento o carácter. Pero no era así con Nagisa, lo único que puede refutar es que lo predecible de chico era lo impredecible que podría llegar a resultar. Su mente siempre era un lío por cada acción ejecutada por su compañero.

Hoy –como se fue tornando su rutina- ambos nadadores caminaron juntos rumbo a sus hogares, en el trayecto Nagisa sacaba los temas de conversación, y lógicamente viviendo de él no siempre tenían un hilo coherente, una cosa encachaba a otra y así Rei se fue perdiendo, sólo pudo soltar un suspiro invisible. No es que estuviera enojado ni que lo molestase, más bien simplemente una pequeña frustración consigo mismo al no poder seguirle el ritmo al otro.

Al llegar a la estación, Nagisa se detiene frente a un anuncio, sus ojos toman un brillo deslumbrante y cargado de emoción, una enorme sonrisa curva por sus labios y se acerca animadamente al peliazul, de un salto llega a colgarse por sus hombros desde la espalda. Ante el “sorpresivo abrazo” Rei suelta su queja.

- Nagisa-kun, ¡no te cuelgues así, casi caemos! Y es peligroso al estar cerca del andén.- A pesar de su queja no se molesta en tratar de quitar de encima al pequeño pingüino.

- Ne, Rei-chan ¿Lo sabias? ¡Estamos en octubre, y pronto será Halloween! ¿Ya pensaste en que disfrazarte ese año? ¿Quieres usar una alas de mariposa?- Suelta un risita ante su último comentario. Logrando un sonrojo suave pero notable en las mejillas del chico de lentes.

- Claro que no. ¿No estamos muy grandes para eso? Además no es una celebridad que me agrade mucho, mucha gente viste de manera grotesca.-

- Huum, Rei-chan es muy amargado.- Musita con un visible puchero, inflando sus mejillas.- Creo que Rei-chan se vería muy adorable con unas alas de mariposa. ¡Ah! Rei-chan, Rei-chan, ¿dulce o truco?- De un saltito, se suelta y se coloca frente a su compañero, se acerca de puntitas en los pies para acercar su rostro al del otro más alto, le dedica una intensa mirada cargada de curiosidad y a la espera de la respuesta.

Rei trago saliva, nuevamente su mente se enredó, y su lengua se trabó por unos segundos. Odiaba que su cuerpo no le responda por cosas tan mínimas e incompresibles, soltó otro suspiro, esta vez visible, acomodó sus lentes y se limitó a responder lo más calmado posible.

- Aun no estamos en Halloween para hacer esa pregunta, eres muy impaciente.-

- Vamos, no seas amargado y responde, ¿si?- Se aferra a por la manga del abrigo de Rei incentivando su acercamiento y esperando la respuesta impaciente. El peliazul solamente suspira –últimamente lo hace muy de seguido, ¿Por qué será? –

- Bien… déjame pensar.- Coloca su mano libre en un frente, haciendo un gesto de estar analizando la respuesta.- Bien, si se trata de ti, elegir “truco” sería muy arriesgado, así que elijo Dulce, aunque en este momento no tengo nada dulce que ofrecerte.-

Una extraña sonrisa adorna el rostro del rubio, en su mirada se puede percibir un brillo entraño, algo de deseo y… ¿malicia?. Un pequeño escalofrío recorrió por la espalda de Rei, no supo comprender. Se escucha la alarma del tren acercándose, y la gente se aproximaba al andén. En un descuido, Nagisa toma con más fuerza el agarre de abrigo de su compañero y lo arrastra lejos de la oleada de personas entrando al abrirse las puertas del tren. El rubio lo aleja llevándolo hasta las unas escaleras un tanto retirado del bullicio. Se escucha la nueva campanada que anuncia la partida del tren, no lo abordaron, ¿por qué? Sólo Nagisa lo sabía.

- Nagisa-kun, ¿Qué sucede? Acabamos de perder el tren, ahora hay volver a esperar… es fastidioso.- Trataba de ocultar su nerviosismo, no lograba descifrar esta mirada que tenía su compañero, solo podía pensar “algo no esta bien”.-

- Rei-chan quiero mi dulce~ .- Musito al acercarse al Rei acorralándolo un poco hacia la pared.

- ¿Q-que…? Te dije que por el momento no tengo nada dulce, te lo comprare más tarde…- No está bien, nada bien… ¿Por qué estaba siendo acorralado? Lo peor, no podía sobreponerse, un extraño calor invadía su cuerpo, sentía sus mejillas calientes, sus manos temblar un poco. Se sentía intimidado, ese brillo en los ojos del rubio le provocaba sensaciones nunca antes sentidas.-

- Claro que si, Rei-chan tiene algo muy dulce que ofrecerme.- Su sonrisa se amplió aún más, se relamió lo labios y termino por cerrar la distancia que mantenían. Entrelazo sus dedos detrás del cuello del Rei, prácticamente colgando de él –pues el otro le ganaba notablemente en altura- Sin darle tiempo de cuestionar, unió sus labios en un suave beso, al principio tierno y sumiso, pero a los pocos segundos comenzó a moverse con agilidad, saboreando cada milímetro de esos exquisitos labios, el beso fue un tanto breve. Nagisa separa sus bocas tan solo unos centímetros para relamerse nuevamente, en tanto fijo su mirada hacia el rostro del mayor, notando visiblemente que un fuerte color rojo que se apodero de sus mejillas, sus ojos abiertos mostrándose totalmente sorprendido e incrédulo. Ante la visión tan encantadora, el menor sólo pudo soltar una risilla.- Rei-chan, abre un poco tu boca.- le ordenó.

- ¿Q-que—? .- No pudo terminar su pregunta, pues su boca fue invadida nuevamente, pero esta vez el beso no tenía nada de ternura y suavidad, era un beso rozando lo desesperado, una lengua intrusa se adentró en su cavidad bucal, explorando y rozando cada pared, entrando en guerra con la otra lengua que apenas podía defenderse del intruso. Un gemido ahogado se sintió dentro de su garganta, fue todo demasiado sorpresivo, demasiado apasionado que no lo lograba articular un pensamiento coherente, sólo podía entender que el calor cada vez lo envolvía más. Por un lado tenía a la fría pared haciendo de soporte a su espalda, y por delante la presión de un cuerpo extra cerrando toda la distancia posible, apegado lo más posible como si temiera a escaparse.

Finalmente el beso se cortó, liberando sus “hinchados” labios, sentía un gran cosquilleo por la zona, incluso un ligero temblor. Más aun, pese a que el beso se haya terminado, el agarre del menor seguía en secuencia. Al parecer se negaba a separar sus cuerpos, el calor era muy absorbente, no podía articular alguna oración, fue Nagisa el primero en hablar.

- Ahh~ sin dudas, los labios de Rei-chan son muy dulces.-

- ¿A-ah? ¿Q-que fue lo que…?.- No podía terminar su pregunta, simplemente porque no sabía cómo. Era obvio que fue un beso, y preguntar “Por qué” tampoco le diría: “por un dulce”, claro, no era la mejor respuesta, pero era la respuesta que daría su “amigo”, entonces no tendría sentido preguntar. Pero aun así no podía simplemente ignorar.- ¿C-Cual fue el significado de eso, N-Nagisa-kun?.- se animó a indagar.

- Huum, simplemente quería probar los labios de Rei-chan, me preguntaba si serian dulces. ¡Y tenía razón! Rei-chan tu boca es muy rica, ¡me gusta!- Sólo pudo articular un gesto de sorpresa, su boca fue nuevamente asaltada, pero esta vez de pequeños besos, pausados, simplemente unión de labios, alguna relamida y nuevamente pausados, como “probando” y saboreando un dulce.

No supieron cuánto tiempo paso, apenas escuchaban las campanadas de la llegada y partida del tren, pero poca importancia surgía. Pudieron estar así por horas, es que esas bocas eran sencillamente adictivas, de besos pausados y tiernos, pasaban a ser apasionados y desenfrenados. Era casi imposible despegarse demasiado, tan solo lo suficiente para tomar aire y volver a probar ese delicioso mangar.

Mas no podían permanecer allí por siempre –aunque la idea no era tan mala- pero la realidad era que debían abordar el tren antes de que sea más tarde, y sorpresivamente la ropa se estaba tornando molesta, o al menos era así para Nagisa que trataba de sentir la piel de Rei, en tanto el mayor no se dejaba exponer en lugar tan abierto. Se separaron finalmente, el menor lo soltó y acomodo sus ropas, estaban algo arrugadas, mantenía una sonrisa traviesa y satisfecha en su rostro.

- Rei-chan, ahí llega el tren vamos antes de que lo perdamos.- Se adelantó al más alto, quien le tomo unos minutos más en caer en cuenta y salir del trance, acomodo sus ropas y sus lentes, y camino detrás del rubio en total silencio.

Una vez abordado el tren, estaba casi vacio, no era un horario pico por fortuna, por lo tanto pudieron tomar asiento, ningún de los dos hablo por un buen rato, hasta que se aproximaron a la estación que debían bajar, y en ese momento Nagisa fue el primero en hablar.

- Rei-chan, quiero ir a tu casa ahora.- La sonrisa jamás desapareció de su rostro, movía sus pies jugando como un niño, esperando la respuesta. En tanto el otro trago saliva un tanto forzada, su pulso estaba a mil, y por primera vez –desde que lo conoció- pudo predecir ligeramente lo que su compañero pensaba hacer, ante la imagen mental, un fuerte sonrojo volvió a apoderarse de su rostro, re-acomodo sus lentes nuevamente fingiendo despreocupación y con todas sus fuerzas y auto-control formulo su simple respuesta.

- Está bien, puedes venir a mi casa.-

Nagisa apretó sus labios, en señal de querer ahogar un grito de emoción, su mirada de ilumino nuevamente, ahora movía los pies con más entusiasmo, no podía esperar mucho, ya quería llegar a la casa del peliazul, quería seguir jugando, era el momento de hacer el “truco”.