lunes, 28 de octubre de 2013

Axel X Roxas

Un sin corazón por medio

Axel y Roxas estaban en Villa Crepúsculo, tomando su típico helado de sal marina, encima de la torre de la estación. Pero de repente aparece un Sin corazón de nadie sabe donde, con un paquete en las manos.-De donde coña ha salido eso.0.0-K mono lleva un paquete, que será? ^-^El Sin corazón le entrega el paquete a Roxas.-Roxas ni se te ocurra abrirlo, vete tu a saber k contiene. ò_ó-Pues hombre ahora me quedo con la intriga ¬_¬Después de estar discutiendo por largo rato y estar el Sin corazón esperando, Roxas sin poder resistir la tentación abrió el paquete.-Pero que… 0.0-Que coño es esto ò////óEl paquete contenía un tanga rojo de la talla de Roxas.-Como sabe este Sin corazón mi talla? 0/////0(sujetando el tanga entre las manos) Axel de mientras estaba echando llamitas, para ver si con un poco de suerte caía alguna sobre el Sin corazón y lo desintegraba, pero nada no había suerte.-Axel tengo miedo =////=Axel paró por un momento de echar llamitas para mirar a Roxas.-No te preocupes Roxas puedes consolarte en mis brazos ^///^(con los brazos abiertos)Cuando Roxas se iba a “tirar” a los brazos de Axel, el Sin corazón se pone en medio y besa a Roxas.Resultado:0 0-Roxas Shock ò_ó-Axel cabreado ^^-Sin corazón feliz de la vida (y luego dicen k no tienen corazón ¬¬)Cuando por fin el maldito por parte de Axel Sin corazón se separo de Roxas, este salió del shock.-Pero…que…o.o un sin corazón…me…me ha…besado @.@Y el pobre Roxas se desmayo. Axel al verlo, lo cogió al estilo nupcial, y miró al Sin corazón con profundo odia.-Como te pille te mato ò.ó(echando llamitas con cuidado de que no le cayera ninguna a Roxas)Entonces abrió un portal oscuro y se fue por el al mundo inexistente.En el mundo inexistente:Roxas aun inconsciente, estaba tumbado en la cama de Axel( que vago no lo podía llevar asta su habitación no, haber k le haces Axel *¬*)Axel se quedo mirando a Roxas y recordó una escena del pasado…**Flash Back**Axel estaba paseando de un lado a otro en el mundo inexistente, estaba aburrido cuando Zexión se acerco a el con un chico de unos 15 años, pelo rubio y ojos azules.-Axel a partir de ahora estarás al cargo de este chico.-Quien es? (aunque no lo pareciera a Axel ese chico le había gustado, parecía inocente y delicado, y en esa organización todos eran fríos)-Se llama Roxas y es el incorpóreo del elegido de la llave-espada, no puedo decirte nada más.-Mm.…Axel se acerco a Roxas y se agacho un poco para quedar a su altura, y se acerco a la cara del menor.-Con que Roxas no? Yo soy Axel, lo captas?-Em…si…Entonces sale Demyx de un portal oscuro y se acerca a Axel por detrás sin hacer ruido.-Que haces aquí llamitas saltarinas ^^ (le pega una palmada en la espalda)Al hacer eso Axel cayo hacia adelante provocando k Roxas y el se besaran.Resultado: 0///0-Roxas shock 0///0-Axel shock /o0-Zexión con la mandíbula desencajada 0.0-Demyx otro en shock.Axel al salir del shock se separo de Roxas, pero lo hizo lentamente, puesto que ese beso, su primer beso y seguro de Roxas también, no le había disgustado en absoluto.-Creo que será mejor olvidar esto ^^’’’-Yo no he visto nada /.=-Mejor dejar de hablar del tema ¬/////¬-…**Fin Flash Back**Axel se acerco a Roxas y le dio un leve beso en los labios.-Me alegro de haber sido yo, quien te diera tu primer beso.(Dijo susurrando)Roxas empezó a removerse en la cama, clara intención de k estaba despertando.-Axel, donde estoy =_=-En mi habitación ¬////¬-Que ha pasado con el Sin corazón? ¬////¬-Se quedo en Villa Crepúsculo, seguramente se iría después de nosotros. -_-Roxas miro su mano en la cual todavía estaba el tanga.-Me da pena tirarlo, que ago? =////=-Te lo vas a quedar o////o (hemorragia de parte de Axel)-Bueno… si no me gusta tirar la ropa =////=-Ohhh 0/////0-¬///¬ k pasa-No… nada -/////-De repente aparece el sin corazón encima de la cama, con un ramo de flores y otro paquete.-Tu òó(Axel prepara las llamitas)-Como as llegado aquí? 0.0El sin corazón le da el ramo de flores el cual llevaba una nota, Roxas lo cogió y lo leyó…-Por favor adóptame quiero ser tu mascota @.@-Un sin corazón como mascota ja que bueno ¬¬El sin corazón le da el paquete que llevaba.-Uy 0///0-ò-óRoxas abre el paquete y se encuentra con unas braguitas rosas con volantitos y lacitos.-@@/ Roxas estaba que se mareaba el pobre-0////0 unas…unas bragas rosas? (imaginándose a Roxas con las bragas puestas y en poses no muy santas k digamos)-Axel, que ago me quedo con esto también? =/////=-Si, déjalo por ahí abandonado y punto=/////= “aun que te quedarían mejor puestas”-Bueno =////=-Creo que te quedaras aquí por un tiempo^^Le decia Axel al sin corazón que asintio con la cabeza.-Tu sigue dandole regalitos de ese tipo vale ^^( en voz baja)El sin corazón asintio.


Shanks X Buggy

Ni contigo, Ni sin tí

Un muchacho joven, pelirojo y estatura media se echaba la siesta en la cubierta del Oro Jackson, a la vista de todos con un sombrero de paja en la cara. Un hombre alto, pelo corto y de color naranja, con gafas y barba oscura se acerca a él y le grita:
-          ¡¡Despierta maldito vago!!
El pelirojo se sobresalto abriendo los ojos y mascullando algo incomprensible.
-          Buuuuff… - suspiró el pelirrojo – Maestro Rayleigh me ha asustado.
-          Eso por dormir cuando tienes trabajo que hacer Shanks – le recriminó el hombre, Rayleigh – ¡¡mueve el culo!!
Shanks se levantó lo más deprisa que pudo y se fue corriendo a buscar algo que hacer, cuando desapareció de la vista de su maestro sonrió traviesamente y juntando las manos detrás de la cabeza se puso a andar  despreocupadamente por el barco sin hacer nada de nada. Cuando pasó por delante de la puerta del camarote del capitan abrió la puerta cuidadosamente para ver si su adorado capitan se encontraba dentro.
-          ¿Qué ocurre Shanks? – se oyó la voz de su capitan.
-          Jeje – sonrió Shanks avergonzado – me ha pillado capitan Roger.
-          ¿Ya estas escaqueándote otra vez de tus tareas? – preguntó Roger con su sonrisa característica.
-          No… yo no… s-solo vengo a ver si desea algo mi capitan – intentó hacer colar Shanks.
-          ¡¡¡Jajajajajajajajaja!!! – rió Roger – anda… ve a la cocina haber si puedes ayudar para que terminen antes la cena, tengo un hambre que me muero.
-          ¡Si capitan!
Shanks puso rumbo a la cocina y cuando escuchó unos gritos salir por la ventana se apresuró a llegar y abrir la puerta de un portazo.
-          ¿Qué ocurre? – preguntó preocupado
-          ¡¡¡Estoy hasta las narices de pelar patatas, hasta las narices!!! ¡¡¡Parezco un maldito criado y no me gusta!!!
-          Mira Narizotas o cierras el pico y pelas patatas o juro que te mando de un bofetón con tu maestro Ray – amenazó el cocinero.
EL “Narizotas” puso cara de circunstancias y se sentó para volver a pelar patatas mientras se quejaba entre dientes. Shanks sonrió.
-          Qué Buggy… ¿mejorando la técnica de pelar patatas? – preguntó a mala ostia.
Buggy levantó la cabeza y vió a Shanks llegar hacía él.
-          ¡¡¡¡NO!!!! ¡¡Tu NO!! ¡¡¿Has venido a reírte de mi?!! – exclamó Buggy con terror.
-          ¡¡Jajajajajajajajaja!! – se rió Shanks – cualquiera diría que voy a matarte…
Buggy lo miró con cara de decir “Mas de una vez...” Entonces Shanks, cogió un trapo un cuchillo y una patata.
-          Vengo a ayudarte.
-          Es decir, que el maestro te ha pillado durmiendo la siesta, te ha echado la bronca y has venido a tocarme las narices – dijo Buggy de un tirón.
Shanks lo miró con sorna.
-          Vamos Buggy… solo tienes una nariz, redonda, grande y roja ¡¡Jajajajajajajaja!! – rió Shanks empezando a pelar patatas.
-          ¡¡Deja de meterte conmigo!! – le gritó Buggy levantándose de golpe.
Al hacerlo, las cosas que tenía en el regazo cayeron al suelo, lo malo fue que, cuando cayó el cuchillo, le hizo un pequeño corte en el dedo.
-          ¡Ay! Mierda… - se quejó el peliazul.
Shanks tiró todo lo tenía encima de la mesa y se levantó cogiendo la mano de Buggy con rapidez.
-          Déjame ver…
-          Eh…. – Buggy se quedó de piedra al notar la mano de Shanks contra la suya.
Shanks se acercó la mano de Buggy al rostro y estuvo examinando el corte, después con alegría exclamó:
-          ¡¡Nah, esto no es nada!! Es un pequeño corte, aunque sangra un poco…
Dicho esto se metió el dedo de Buggy en la boca haciéndolo sobresaltar y sonrojarse.
-          ¡¡¿¿P-P-Pero que haces??!! – exclamó este
-          Crocus me dijo que lo mejor para un corte es saliva, así que… ale ya esta curado ¿ves?
Buggy retiró la mano bruscamente mientras decía sonrojado.
-          Tu estas mal de la olla….
Shanks se limitó a sonreírle, entonces cogió los utensilios otra vez y volvió a la faena de pelar patatas, Buggy lo miró e hizo lo mismo.
Los dos seguían con su tarea en silencio, de vez en cuando Shanks miraba a Buggy y su peculiar manera de pelar patatas. El narizotas se peleaba con la patata, y muchas veces le cortaba un trozo de más, haciéndola deforme.
-          Buggy, se trata de pelar la patata, no de matarla – dijo Shanks con una sonrisa
-          ¡¡¡Tu a callar!!! ¡¡Ya se como pelar una patata!!
-          Pues no lo parece – respondió Shanks con una sonrisa
-          Grrr…. – gruño Buggy más rojo que su nariz.
Se sentó dándole la espalda a Shanks, cosa que a este le molesto.
-          No me digas que te has indignado –dijo Shanks haciéndose el ofendido.
-          Me enferma verte la cara.
-          No lo dirás en serio…
-          Claro que si – respondió Buggy sin mirarlo.
Eso preocupo a Shanks quien puso mala cara pero decidió seguir pelando patatas sin decir nada más.

Durante la cena Rayleigh le echaba la bronca a Shanks por su holgazanería.
-          Eres un perezoso, te mandamos las cosas y lo único que haces es escaquearte de tus obligaciones y responsabilidades
-          Pero maestro Ray… si hubiera cualquier problema yo no dudaría en ponerme en medio de cualquier flecha, bala o espada para protegerle
-          A mi no me hagas el pelota – respondió Rayleigh señalándolo con el dedo
-          Si es la verdad… lo haría por usted mi querido maestro
-          ¡¡¡Jajajajajajaja!!! Eres un maldito pelota Shanks – bromeó Roger
-          ¡¡No es verdad!! – se defendía Shanks a pleno grito
Mientras, al lado de Shanks, Buggy comía en silencio y con el entrecejo ligeramente fruncido, “Eres un pelota Shanks… te pondrías en medio para salvarlo ¿eh?.... Idiota” Entonces recordó cuando Shanks le cura el dedo de esa manera tan “rara” y se sonrojó igual que su nariz mientras miraba al pelirojo.
-          ¿Qué pasa narizón? – preguntó Crocus
-          ¡¡A mi no me llames narizón!! – grito Buggy levantándose
Eso provocó que tanto Shanks, Rayleigh y Roger se giraran a mirar a Buggy
-          ¿Qué ocurre Buggy? – preguntó Roger con su sonrisa.
-          No me pasa nada…- volviéndose a sentar.
-          Eso es que te pasa algo ¿verdad Buggy? – dijo Shanks apoyando la cara en las dos manos y sonriendo.
-          Tu calla… - respondió Buggy
Shanks se bajó un poco la camisa dejando ver un hombro y se mordió una uña en plan lastimero.
-          ¿Qué he hecho para merecer esto?
-          ¿Lo que? – preguntó Buggy extrañado.
-          Tu desprecio… - contestó Shanks con una lagrimilla.
Todos se echaron a reír ante el Melodrama de Shanks, todos menos Buggy claro esta, que se levantó cabreado y se fue de la mesa sin acabar de cenar. Shanks lo miró con preocupación y entonces se excuso.
-          Esto… voy a ver que le pasa.
-          Ve, ve, y arregla las cosas de una vez – dijo Roger sonriendo.
Shanks asintió y fue detrás de Buggy, no tuvo que pensar mucho donde podría estar “En nuestro camarote” así que se fue directamente hasta allí.
Cuando llegó abrió la puerta y se encontró con Buggy tumbado en la litera donde dormía él. Se acercó, subió hasta la cama y se sentó apoyando la espalda en la pared, sin decir nada. Después de unos minutos Shanks dijo
-          ¿Qué es lo que te pasa?
-          Y a ti que cojones te importa – contestó Buggy sin levantar cabeza.
-          Si no me importara no preguntaría, ¿no crees?
Buggy no contestó, por lo que Shanks se puso a pasarle los dedos por la espalda a Buggy, arriba y abajo, acariciándola por encima de la camiseta naranja que llevaba Buggy. Este se movió bruscamente apartando la mano de Shanks
-          No me toques…
Shanks se quedó boquiabierto, no se esperaba la reacción de Buggy ni tampoco las lágrimas que surcaban el rostro del peliazul.
-          ¿Qué es lo que te pasa? – preguntó Shanks acercándose a Buggy y cogiéndole la cara con las manos.
-          ¡¡Que no me toques!! – gritó Buggy apartando las manos de Shanks de su cara.
Shanks lo miraba serio, no entendía que era lo que pasaba, ni porque Buggy se comportaba. Se quedó mirando a Buggy y le preguntó serio
-          ¿En serio te molesta tanto mi presencia?
Buggy se sorprendió por la pregunta y retrocedió involuntariamente hasta chocar contra la pared, se quedó mirando los ojos oscuros de Shanks
“¿Molestarme?.... Si tu supieras Shanks…” pensó mordiéndose el labio.
Al estar perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta de cómo Shanks se acercaba a él y apoyaba su frente contra la de Buggy.
Buggy empezó a temblar, estaba atrapado entre la pared y Shanks y no estaba seguro de aguantar el tipo delante de Shanks si lo tenía tan cerca.
-          Aléjate de mí – dijo con voz que intentaba mostrar serenidad.
Shanks frunció el entrecejo y Buggy lo notó en su frente.
-          ¿Tanto me odias? – preguntó con voz estrangulada
-          S-si
-          Explícame porque – dijo Shanks mirándolo a los ojos.
Buggy no sabía que contestarle, en realidad todo lo que estaba diciendo era mentira, pero le daba rabia, Shanks le provocaba tirria y lo peor era el porque.
Se apresuro a contestar algo.
-          Pues porque eres un creído, un engreído y un plasta.
Shanks lo seguía mirando a los ojos sin decir nada, eso exaspero a Buggy.
-          ¡¡Eres un estúpido!! ¡¡¿Te crees que eres el mejor tan solo por ser bueno peleando?!! ¿Mejor que yo? ¿Por eso te metes tanto conmigo? ¡¡Deberías darte cuenta!! ¡¡No te odio eres tu el queme odia a mi!!
El pelirrojo se apartó lentamente sorprendido por las palabras de Buggy
-          Yo no te odio Buggy, me caes bien, te aprecio, y no me considero mejor que tu…
-          ¡¡Siempre tan diplomático!! – gritó. Se quedó callado por unos momentos y después dijo con voz suave - ¿Por qué no puedes dejar de ser tan perfecto?
-          ¿Qué? – la pregunta pilló por sorpresa a Shanks.
Buggy se dio cuenta de lo que acababa de decir y se sonrojó, después avergonzado intentó arreglar las cosas como solo él sabía hacer.
-          ¡¡Te odio!! ¡¡Ojala desaparecieras de mi vista!! ¡Me enfermas! ¡¡Desaparece!! ¡¡Desaparece!! Déjame tranquilo…
La cara de Shanks reflejaba un dolor inmenso, pero desvió laminada para que Buggy no pudiera verle por unos segundos mientras Buggy seguía despotricando contra él y esas palabras se clavaban en su corazón como puñaladas. Cuando Buggy tomó aire para continuar Shanks lo cortó
-          Pues vale… - dijo con una sonrisa forzada – te dejo tranquilo…
Bajó de la cama y salió del camarote cerrando la puerta, Buggy se quedó solo y suspiró y se puso a llorar
-          Te quiero tanto… pero tengo tanto miedo a que te acerques a mí y luego te pierda…
Shanks llegó a cubierta y se apoyó en la barandilla del barco a mirar las estrellas.
-          Solo busco acercarme a ti Buggy… porque te quiero…



Vegeta X Goku

Imperdonable

Ese día, Vegeta se había levantado bastante tranquilo, incluso para su propio gusto. Ya estaba cansado de tanta paz y cero dinámica, cero desafíos, cero retos; ¿así serían el resto de sus días? Realmente contaba con que no, ya que su raza poseía una juventud muy larga, justamente para aprovechar el tiempo y fortalecerse, sin embargo, se veía obligado a ocuparse de cosas simples y quizá hasta banales, como las vacaciones familiares, los animales de sus suegros, qué quería cenar, cuánto tiempo le dedicaba a su hijo (eso no era tan banal).

La rutina comenzaba, de verdad, a cansarlo. A veces, en uno de sus múltiples descansos reflexivos, deseaba la aparición de un nuevo enemigo y, por supuesto, muy fuerte, cualquier razón que pudiera obligarlo a largarse de toda esa infinita e infernal paz. También acostumbraba a pensar en sus colegas, en su raza, ¿qué dirían si lo vieran en ese instante?: con una familia, una terrícola para ser más exactos. Afortunadamente, dentro de todo, no estaba con una terrícola vulgar y común, si no con una bella mujer de la Corporación Cápsula, que en la Tierra tenía bastante importancia, su hijo ya era muy fuerte para la edad que tenía (gracias a su entrenamiento), incluso alcanzó la forma del súper sayajin, algo que de verdad le traía mucho orgullo. Si el análisis de su vida se guiaba por aquellos puntos, las cosas no estaban tan mal.

En cambio, si repasaba las cosas desde el punto de vista guerrero-principesco, no encontraba excusa alguna que lo excluyera de la humillación: llegado a la tierra, tuvo que perder el tiempo con esos insectos amigos de Bulma, el extraterrestre, y el hijo híbrido de Kakaroto.

Kakaroto… un sayajin de clase tan baja, que fue enviado a la Tierra cuando apenas usaba pañales. No sólo había olvidado su misión en aquel planeta, si no que estaba del lado de la débil raza humana, osando enfrentarse a él: el príncipe de los sayajin, el guerrero más fuerte. Consiguió herirlo; luego su hijo, aquel terrícola gordo que le cortó la cola, y también Krilin. ¡Dios! De sólo recordarlo, una fuerte concentración de energía iba hacia sus manos, amenazando con salir.

Y lo peor aún no había llegado: habiendo sido vencido en aquel planeta de insectos, estando a punto de morir, Kakaroto le había perdonado la vida, creyéndose alguna especie de salvador terrestre o lo que fuera. Le perdonó la vida, como si él fuese una especie de cachorro mal herido; quizá hasta llegó a sentir cierta lástima de su estado. Nunca, nunca en la vida podría perdonárselo. ¿Cómo fue capaz de humillarlo así? Argumentando que debían dejarlo con vida porque quería pelear con él en un futuro, ¡nunca! Si llegaban a encontrarse, sería para matarlo. A partir de entonces su vida se vio en torno a entrenar para saldar aquella cuenta, despertaría e iría a dormir jurando que las cosas no estaban totalmente acabadas. Muy pronto las circunstancias hicieron que se volvieran a encontrar, ambos del mismo lado —temporalmente, claro—, luchando contra aquel infeliz de Freezer que lo mató sin mucho esfuerzo. Luego revivió gracias a las esferas del dragón y pudo ver cómo aquel insecto había alcanzado la transformación legendaria del súper sayajin antes que él. Ya era demasiado, lo despreciaba, más que a nadie en el mundo, y lo mataría, superaría aquellos poderes y le haría tragar la amarga derrota. No existía ninguna otra meta que esa.

—Papá —lo despertó una vocecita—. Ven, vamos a cenar.

—Ve tu primero, yo iré más tarde —respondió.

Pero el niño no obedeció, tenía órdenes terminantes de no regresar sin su padre, así que volvió a insistir, siempre contento con el sólo hecho de poder hablar con él.

—Mamá dijo que no vuelva a menos que sea contigo. Ya lleva buscándote casi una hora, ¿sabes?

El mayor arqueó una ceja, curioso.

—¿Y tú cómo sabías que yo estaba aquí?

—No sé… pero hace bastante que vienes aquí. Yo no vengo a buscarte porque sé que quieres estar sólo, ¿verdad? —preguntó en seguida, esperando haber hecho algún tipo de "conexión" con su padre.

Lo había conseguido. Vegeta sonrió de lado y de un salto bajó del árbol, palmeó la cabeza de su hijo, lo más cariñosamente que pudo, y dijo:

—Vamos a comer.

El rostro de Trunks se iluminó con una cálida sonrisa y ambos se encaminaron a la casa para, devorar sin piedad, cuanto plato se les presentara.



Fue Gohan, quien le comunicó que el bastardo vendría a la tierra para participar del torneo de las artes marciales.

El hijo de Kakaroto —pensó—, era otro factor que despertaba su furia, ¿cuánto tiempo había pasado desde la batalla contra Cell? Menos de diez años, y en ese poco tiempo, el joven había decaído vergonzosamente, ni siquiera se dedicaba a entrenar y cuando lo veía tan pasivo, como si fuera un vulgar terrícola del montón, deseaba darle una bofetada y hacerlo entrar en razón. ¿No era consciente de quién era?, ¿de que en sus venas corría sangre de guerrero? ¿De verdad pretendía dejarse estar, después de haber demostrado una fuerza sublime en la batalla anterior? No… era imperdonable. Él jamás permitiría que algo así pasase con su hijo, antes muerto. ¡No podía mirar al mocoso a la cara! Tenía la misma mirada ingenua e idiota del padre, de su maldito padre con el que tenía un encuentro pendiente.

Y en ese torneo terrícola tenía la ocasión ideal para pelear, para poner a prueba su entrenamiento y el de Kakaroto. Le dijo al chico que participaría y que Trunks también, pero en la categoría de los chiquillos, cosa que le parecía un tanto ofensiva porque su hijo estaba más arriba incluso que los adultos terrícolas. Pero si se anotaba el hijo menor de él entonces sería bastante interesante. Sintió un leve placer al visualizar una derrota imaginaria.



Todo parecía querer que se enfrentaran, porque en el sorteo del torneo quedaron rivales desde el comienzo. Pero todo ocurrió tan repentinamente: el Supremo Kaio-sama con una misión, el imbécil de Kakaroto queriendo ayudar, las peleas con los inútiles subordinados de Babidi. La desesperación que le causo toda la pérdida de tiempo, el mago apoderándose de su mente…

En ese momento sintió una punzada de dolor infernal, nunca en la vida tuvo un dolor de cabeza tan agudo y, a pesar de que se retorcía y gritaba, nada de todo aquello llegaba a compararse al éxtasis que le provocaba el regresar a su estado antiguo, el Vegeta limpio de sentimientos hacia los terrícolas, el que sólo se interesaba en vencer o morir luchando, el que quería exhibir sus habilidades y fortaleza, el Vegeta malvado, cruel, despiadado, el que era antes de su llegada a aquel planeta; el que extrañaba ser. También experimentó una molesta sensación de control sobre su cuerpo, se sentía obligado a obedecer a aquel insecto de Babidi, pero no se trataba de nada que no pudiera manejar. Notó cómo todos lo observaban preocupados. Rió para sus adentros. Patéticos. Todos. Sobre todo él, a quien quería hacer pedazos y, como si el cielo, o el infierno, hubiese escuchado sus pensamientos, fueron trasladados al torneo de las artes marciales.

Todos aquellos infelices estaban alabando aquel fraude de Míster Satán, y cuando los vieron aparecer allí como por arte de magia, quedaron un tanto boquiabiertos y le bastó con elevar aun más su ki para que el anunciador y el fraude salieran despedidos de la plataforma. Su familia y los demás no entendían muy bien, pero no le importaba. El mago de pacotilla comenzaba a darle órdenes, como si fuera un esclavo. O algo.

—Cállate ya. Quiero derrotar a Kakaroto, no me interesa lo que pase con las demás sabandijas.

Esas palabras fueron suficientes para que por su parte, Goku se diera cuenta de que ya estaba perdido. Vegeta vio como sus ojos se inquietaron igual que los de los espectadores. Sin embargo, eso no era suficiente, quería provocarlo al máximo. Reunió todo su ki en la mano y apuntó al sayajin de clase baja; cuando estuvo a punto de salir trató de evitarlo. Inútil. Lo esquivó y fue a parar directamente a los terrícolas.

Era la gota que colmó el vaso. Bulma se desmayó y Kakaroto de verdad estaba enfadado. Excelente —se dijo a sí mismo—, no se contendría. Rió de nuevo, le encantaba la idea de ser el causante de su enfado, de que se mordiera el labio inferior impotente, como cuando se molesta a un gato y se le erizan los pelos. Ojalá pudiera hacerlo enojar toda la eternidad y que solamente sintiera una parte mínima de toda la furia que le causaba a él su mera existencia, su fuerza, su sonrisa ingenua e idiota, y el hecho más crucial de todo: que le hubiese perdonado la vida.

Empero, dudaba en atacar. Le preguntó por qué se dejó controlar por el mago mientras el otro chico violeta le daba sermones sobre su actitud. Perdía la paciencia con cada segundo desperdiciado y las ridículas amenazas de Satán no ayudaban en nada. ¿Acaso nadie podía comprender sus razones? Él siempre estuvo obligado a pelear del lado de Kakaroto y lo hizo, bajo quejas, pero lo hizo. Ahora las cosas se invertían. El resto del mundo desaparecía. Tenía que provocarlo un poco más. Y no fue muy difícil.

—Vamos a pelear tú y yo. Claro, si no quieres que haya más montañas de cadáveres aquí.

Sonrió, triunfal, al ver cómo se transformaba en súper sayajin y pedía que ambos fueran transportados a un lugar desértico para no dañar a nadie más. Estaba lleno de rocas y soplaba un aire frio. Perfecto. El momento que tanto estuvo esperando había llegado. Bajo circunstancias extrañas y tal vez incómodas, pero llegado al fin y nada en todo el universo entero podría interrumpirlo.

En cuanto el Supremo Kaio-sama se retiró, Vegeta comenzó a lanzar golpes, primero para tantear su fuerza, para ver el resultado de su entrenamiento en el otro mundo. Bastante bien, podía bloquear varios y viceversa; estaban jugando. Hasta que ambos se cansaron y comenzaron con golpes serios y bolas de ki. Los daños que recibía repercutían en su cuerpo y lentamente comenzaba a sacarlo de las casillas. El corazón le bombeaba a toda máquina, y respiraba entrecortadamente debido al esfuerzo y el daño. Por su parte, Goku no estaba muy distinto a él, punto a favor. La posibilidad de vencerlo ya no se veía tan lejana y pocas veces había experimentado esa sensación. Una mezcla de euforia que le daba más energía para no detenerse hasta verlo en el suelo, imposibilitado de continuar.

Continuaron durante casi media hora. La mente del príncipe permanecía en blanco, enfocada únicamente en esquivar, atacar, vencer. Probablemente Kakaroto no pensaría (si es que pensaba) de esa forma. Porque, en el fondo, lo consideraba una persona algo… importante. Convivieron demasiado tiempo en la Tierra como para ser dos simples extraños que sabían sus nombres. Estaba en la naturaleza del humilde guerrero el afecto por la vida ajena, por eso le costó matar a Freezer, y por eso…

Por eso le había perdonado la vida. Por afecto.

Y eso era más humillante que la lástima.

Eso era imperdonable.

Lo golpeó en el estómago repetidas veces, sin darle tiempo a recuperarse y devolverlos. Descargando toda la frustración acumulada, hasta que su salvador se vio imposibilitado de volar. Lo pateó, cual perro moribundo, hacia un precipicio, aun sin intención de matarlo. No podía hacerlo sufrir de una manera tan insignificante. Cuando vio sus manos heridas tratando de trepar por las rocas, lo tomó del brazo izquierdo, levantándo todo su cuerpo, sin esfuerzo alguno. Sonrió, ya por centésima vez, observando todas las heridas causadas, escuchando como su respiración intentaba inutilmente retornar a un ritmo normal, felicitándose por ser la causa de todo aquello. Porque lastimarlo contrarrestaba la vergüenza que le causaba el hecho de que muy, muy en el fondo, el afecto era mínimamente recíproco.

Vegeta arrojó el cuerpo hacia otra roca, con tal fuerza que se hundió levemente; escuchó el grito de dolor y lo ignoró. Le lanzó cinco aros de ki a las extremidades para evitar su escape y se acercó rápidamente a Goku. Enfrentándolo cara a cara, rememorándolo tan sumiso, porque sabía que de ganar o perder, nunca más volvería a tenerlo así.

—¿Qué pasa? Creí que habías dicho que acabarías conmigo —reprochó, con plena satisfacción.

—¡Pues es lo que estoy intentando! —gritó, fuera de sí.

Sus ojos, verdes debido a la transformación, expulsaban una furia salvaje que le resultó atrapante, y probablemente excitante. A pesar de estar en una posición tan desventajosa, Goku lo desafiaba, como el gato que amenaza a pesar de estar acorralado. Y siguiendo esas comparaciones, podría considerarlo como uno. Uno muy raro y adictivo.

Empero, esa fascinación fue opacada de nuevo por su ira. El orgulloso guerrero lo abofeteó, y le gritó lo humillado que él se había sentido durante tanto tiempo. Era una sensación que ese ingenuo jamás comprendería porque se tomaba todo a la ligera, como un juego sin reglas, pero para él si las había. Le dio rodillazos en el estómago, y puñetazos, pero seguía sin ser suficiente, entonces una idea sucia y macabra se le cruzó por la mente, sonsacándole una mirada lasciva. El príncipe ladeó la cabeza a un lado y posó dos de sus dedos sobre la mejilla del prisionero.

—Jamás podrás entender lo que siento, siendo el príncipe de la raza guerrera más poderosa del universo. No… tú ni en un millón de años lo entenderías así, pero… hay muchas formas de humillar a alguien.

La mirada de Goku se petrificó, y se retorció, en vano, de su prisión. Sabía perfectamente qué le esperaba, y no quería. Al menos no en esas condiciones. Obviamente, esto no le importaba en absoluto al príncipe; sus dedos recorrieron todo su cuerpo, bajando cada vez más hasta rozarle la entrepierna, la cual fue tanteando con toda su mano, sumido entre sus deseos vengativos y el repentino placer que le causaba vengarse de aquella forma. Goku lo miró a los ojos, desesperado por terminar con aquello.

—Mirándome así, sólo retrasarás las cosas —le susurró Vegeta al oído, y volvió a abofetearlo.

Entonces la desesperación pasó a la súplica, sin necesidad de palabras, mas no era suficientes para que cambiase de opinión. Las cuentas tienen que ser saldadas, y cuanto antes mejor.

Hizo un ligero corte, y la parte superior de su cuerpo quedo semi-descubierta, el pecho bajaba y subía locamente, y volvió a acariciarlo con sus dedos hasta que se filtraron por el corte y atacó otra vez la entrepierna. El prisionero emitió otro gemido y desprevenidamente consiguió zafarse de los anillos de ki. Gritando con todas sus fuerzas le dio un puñetazo en la mejilla que lo sacó despedido del risco. Lanzó varios ataques, pero Vegeta consiguió esquivarlos y lanzó otro que empujó a Goku dentro de una cueva húmeda y oscura. Lo observó detenidamente, mezclado en la oscuridad del lugar, esperando a que se descuidara; con un segundo sería suficiente, él ya estaba agotado además de perturbado. El segundo llegó y el príncipe lo tomó por detrás de ambos brazos, encajándole un rodillazo en la columna que los llevó a ambos al suelo. Vegeta quedó sobre Gokú y lo miró, iracundo, mientras el otro rehuía a esos ojos salvajes, sedientos de ruegos y dolor. ¿Por qué demonios tendría que sentirse atraído por aquel infeliz ingenuo? ¿Por qué demonios le había perdonado la vida? ¿Para que tuviera tiempo de quererlo? Porque lamentablemente había dado resultado.

—¡Ya basta de juegos! ¡Lo que me has hecho es imperdonable!

—¿Qué es lo que te he hecho? —preguntó, conservando, pese a todo, su característica inocencia.

Sujetando sus cabellos alborotados y negros, se acomodó sobre su vientre e inmovilizó los brazos con otros dos aros de ki, le arrancó la poca ropa que le quedaba a arañazos y mordidas, escuchando cada sonido que salía de su boca, cada «por favor», «no», «basta», siempre seguido de su risa macabra y contenta. Cada vez que se resistía lo abofeteaba, o apretaba con brusquedad su miembro. Se dio que cuenta de que el también respiraba entrecortado, que detrás de todo aquello había una cuenta que se trataba sobre sus deseos sexuales, nada relacionado con el honor y la fuerza. Él quería poseerlo de esa forma, contra su voluntad. Mordió su cuello dejando marcas rojizas e incluso algunas llegaron a sangrar; también succionaba su piel, deleitándose con el sabor saldo por el sudor. Sus labios no se salvaron, el interior de la boca tampoco. Siempre con brutalidad, tratando de dañarlo con cada centímetro que se movía. Llegó un punto en que su presa perdió las fuerzas y las ganas para gritar, y se dedico a jadear y entrecerrar los ojos. Sólo lo provocaba más.

Vegeta se quitó la parte inferior de su traje de pelea y rozó su miembro con el del otro. Ambos estaban erectos, a pesar de que no quisieran reconocerlo. Luego de magullarle todo el torso, tomó sus caderas y las acomodó con fuerza, para que la estocada final fuera fácil y rápida. Contempló la mirada resignada y llena de temor de Goku, y lo penetró, sin lubricación previa ni ninguna cosa que le ahorrase el dolor. Afortunadamente, pareció dolerle bastante y comenzó con un vaivén veloz, acompañado por su risa y un par de insultos.

El dolor que sentía se trataba de algo muy distinto a las patadas, o los puñetazos. Era una punzada terrible, que pisoteaba su autoestima, y su cuerpo. Jamás pensó que una parte tan insignificante de su cuerpo pudiera traerle tanto sufrimiento. Se mordió el labio con fuerza para no llorar de rabia, y trató de seguir el ritmo del príncipe porque, si no, se lastimaría más. Tomaba bocanadas de aire constantemente y cerraba los ojos con fuerza. No se molestó en pedir que se detuviera, sólo le daría más satisfacción.

—E-eres... un infeliz —gruñó.

—Cállate, insecto —ordenó, arañando sus muslos—. Casi termino, ya verás.

Al cabo de unos segundos, sintió como se corría dentro suyo. Era una sustancia cálida que le provocaba cierto grotesco cosquilleo. Se retorció, y fue calmado con otro golpe en el estómago. Luego se corrió él, pero para no resultar manchado, Vegeta movió su miembro para que se manchase a sí mismo. Lo peor de todo aquello, era el eco de su risa, que le perforaba los oídos y que sabía que jamás podría olvidar.

—Nunca… ah… lo tuyo, es imperdonable Kakaroto, y aunque no lo creas, esto no es suficiente —dijo, mordiendo su oreja y lamiendo el lóbulo—. Es una vaga idea de cómo me has hecho sentir.

El príncipe manchó el dorso de su mano con el fluido que el otro había expulsado, se lo hizo probar y le manchó una mejilla con lo sobrante. Goku sentía cómo se asfixiaba, lentamente, cómo toda la fuerza lo iba abandonando y sólo podía limitarse a rememorar todo, ni siquiera a pensar. Vegeta salió de su interior, se puso de pie y acomodó su cabello. Luego se vistió, en silencio, como si hubiese sido un encuentro de sexo casual, y se marchó, sin siquiera volver a mirarlo. El aro de ki desapareció enseguida, mas el sayajin ya no podía atinar a hacer nada; quedó inconsciente.



Ahora la rutina podía seguir siendo normal, aburrida, como siempre. Pero cada vez que se viera necesitado de escapar a la realidad, no dudaría un momento en esconderse en los jardines de la Corporación Cápsula y pensar en ese momento. Sintiéndose más seguro y orgulloso, a pesar de que todo lo anterior aún le resultara imperdonable.


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domingo, 27 de octubre de 2013

Ace x Marco

Amor Prohibido

En la habitación de una tranquila casa en la cuidad de Verona, un hermoso chico rubio lloraba silenciosamente mientras leía uno de sus libros favoritos: “Romeo y Julieta” de William Shakespeare. El chico derramaba lágrimas silenciosas, ya que iba por el final de la historia, y como todos saben esa historia no termina precisamente con un “y vivieron felices para siempre” Al rato un chico de cabello verde entró en la habitación y al ver a su hermoso rubio llorando se acercó y con voz preocupada preguntó

- ¿Porque lloras? ¿Te paso algo malo?

- No, descuida Zoro – le dijo cariñosamente – es que estoy leyendo Romeo y Julieta y ya sabes como me pongo – dijo mientras se secaba las lágrimas

- Sí que eres tonto – le dijo amablemente mientras lo abrazaba con dulzura – ¿sabias que aquí en Verona sucedió una historia parecida?

- ¿Enserio? – preguntó el rubio ilusionado

- ¡¡¡Claro!!! William Shakespeare se inspiro en esa historia para escribir Romeo y Julieta

- ¡¡¡Vamos cuéntamela!!! – Dijo el rubio con una enorme sonrisa y un brillo en los ojos que lo hacía parecer un niño pequeño

- Bien… esa historia sucedió aquí en Verona, y comienza así…

*****************

Verona, como toda cuidad, tenía sus familias importantes y poderosas, y en Verona estas era los Newgate y los Gol D’ que además de ser la familias más importantes de la cuidad, también eran grandes enemigos. Estos últimos estaban dando un baile en el cual los Newgate, como buenos galanes que eran, pensaban colarse y conseguir chicas, además de arruinarle la fiesta a sus enemigos. Los bailes de los Gol D’ siempre eran extravagantes, elegantes y ostentosos, además este baile en particular era un baile de máscaras y les daba a los Newgate la oportunidad perfecta para colarse sin que los descubrieran.

- ¡¡¡Ya verán los Gol D’ lo que es un baile!!! – Dijo un joven con una cicatriz cerca del ojo izquierdo y cabello castaño arreglado en un tupe mientras se colocaba una máscara amarilla

- ¡¡¡Bien dicho Sacchi!!! Pronto sabrán lo que es un baile al estilo Newgate! – Decía un joven de cabello largo y negro recogido en una cola de caballo mientras se ponía una máscara rosa, era delgado y su rostro tenia facciones delicadas, de no ser porque vestía un traje y no un vestido cualquiera posiblemente se confundiría con una chica

- ¡¡¡Sacchi, Izou!!! ¡Suficiente charla! Entremos de una vez – dijo un joven rubio de poco pelo con su máscara azul oscuro ya puesta

- Vamos Marco… ¡¡¡No seas tan borde!!! Relájate – Dijo Sacchi

- Entremos – dijo Marco mientras caminaba hacia la mansión Gol D’. Una vez adentro del gran salón de los Gol D’ los Newgate comenzaron a disfrutar del baile, teniendo mucho cuidado de que nos los descubrieran.

Mientras tanto, en una lujosa habitación de la mansión Gol D’ un hermoso chico de cabello negro un poco largo, ojos negros y piel clara se miraba en el espejo. Unas cuantas pecas adornaban su rostro y le daban la belleza y la delicadeza dignas de un ángel. Ese chico vestía un elegante traje blanco con detalles plateados y una rosa roja adornaba su pecho. Estaba a punto de ponerse su máscara plateada a juego con su traje cuando de repente su hermano menor entró en la habitación bastante entusiasmado, este iba vestido con un traje negro con detalles en rojo, y una máscara roja a juego.

- ¡¡¡Ace!!! ¡¡¡Ace!!! ¡¡¡Ace!!! ¡¡¡Vamos!!! ¡El baile está muy divertido! ¡¡¡Hay música y mucha comida!!!

- Ya voy Luffy, bajaré en un minuto – dijo el mayor con una voz melodiosa y sonriendo amablemente

- ¡¡¡Valee!!! – Dijo el menor yendo hacia la puerta – Te espero abajo Ace

Cuando el chico salió de la habitación el mayor se colocó su máscara y se miró en el espejo. Se veía realmente guapo, pero según él, falso y frívolo. Dió un suspiro de resignación y salió de su habitación. Bajó las escaleras y caminó hasta la entrada del gran salón y con gran elegancia entró en el lugar.

En el momento en que entró al gran salón casi todos los presentes se voltearon a verlo, incluyendo a nuestro protagonista Marco. Ese chico desprendía un aura de elegancia y delicadeza que hacía imposible no mirarlo. Ace se adentro en el lugar saludando a los presentes, todas las chicas suspiraban cada vez que este las saludaba o les sonreía. Claro, Ace no solo atraía miradas femeninas, también atraía la mirada de varios hombres, algunos lo miraban con admiración, algunos con envidia, otros con asombro y otros con... Lujuria.

Marco lo miraba embobado, el chico le parecía realmente hermoso… Si, nuestro querido protagonista era completamente homosexual. Claro está que nadie sabía de eso excepto su primo y mejor amigo Sacchi. Marco solía ser muy discreto, pero como era un baile de máscaras decidió acercarse al chico, sabiendo que no tenía mucho que perder. Ace se encontraba con su hermano Luffy, el cual estaba devorando la mesa de postres. Marco se acercó al chico con aire elegante e imponente, pero en contraste con su aura le pregunto a Luffy con voz amable.

- Disculpe Joven, ¿me permite un momento? Me gustaría hablar con su compañero

- ¿Mmm? – el chico dejó de comer y tragó lo que tenía en la boca – Si…no hay problema – Luffy miro a Ace, este le asintió y el menor se fue dejando a los dos enmascarados a solas

- Bien – Comenzó Ace – ¿Que es lo que desea caballero? – Preguntó con voz amable, que para Marco sonó muy angelical

- Solo me gustaría charlar. Usted parece un joven muy inteligente y me gustaría conocerlo mejor – Dijo el mayor con una sonrisa seductora

- Yo… Disculpe, pero me gustaría saber con quién tengo el placer de hablar

- Pues…- Marco se quedó pensando un momento, si decía su apellido lo más seguro era que los Gol D’ enviaran a los guardias detrás de él y sus compañeros – Llámeme Marco – Dijo con voz calmada – Solo necesita saber que mi nombre es Marco

- Bien…- dijo el moreno con cierta desconfianza – Mucho gusto caballero Marco, Mi nombre es Ace, Gol D’ Ace.

Al escuchar ese nombre Marco se quedo paralizado, no podía creer que estaba seduciendo a un Gol D’, y no a cualquier Gol D’ sino al mismísimo heredero de los Gol D’. Pero tenía que admitir que sentía una inmensa atracción por el chico y un apellido no iba a hacer que se alejara tan fácilmente.

- Caballero Marco… ¿Se encuentra bien? – al escuchar eso Marco reacciono

- Vaya… Es un honor estar hablando con el mismísimo heredero de tan poderosa familia

- Si, ese soy yo

- Me gustaría hablar con usted más tranquilamente. Le importaría si vamos a un lugar más… ¿tranquilo?

- … Esta bien – respondió Ace todavía con desconfianza

Ambos jóvenes atravesaron el gran salón y salieron a los hermosos jardines. La luz de la luna iluminaba todos los capullos de las flores, las copas de los árboles y se reflejaba en la gran fuente que se encontraba en la mitad de una plaza de piedra. Llegaron hasta la plaza y se sentaron en uno de bancos de piedra que estaban cerca de la fuente. Hacia un poco de frío, por lo que nadie estaba afuera, excepto ellos.

- Bien, ¿que es lo que desea caballero Marco?

- Solo quería pasar tiempo con usted, y conocerle un poco mejor - Mientras hablaba Marco se iba acercando poco a poco – Es un joven apuesto y déjeme decirle que tiene un aura que atrae

- ¿E-enserio? – preguntó sorprendido Ace retrocediendo a medida que el mayor se acercaba; estaba poniéndose un poco nervioso

- ¡Pues claro! – Dijo el mayor mientras colocaba su mano sobre la mano del menor; Las mejillas de Ace se tiñeron levemente de color carmesí – Es usted adorable – el mayor esbozo una sonrisa seductora pero amable

- ¡¡¡Caballero Marco!!! – Dijo el menor sorprendido al momento que quitaba su mano de la del mayor – ¡¡¿Esta usted intentando seducirme?!!

- Puede que si… Como puede que no – Dijo el mayor divertido – ¿Usted que cree?

- ¡¡¡Pues precisamente que usted intenta seducirme!!! Por si no se ha enterado, ¡¡¡soy un hombre!!! – dijo mientras se levantaba dispuesto a irse

- Espere – Marco también se levanto y lo tomo del brazo con delicadeza – lamento mucho si lo he ofendido o lo he incomodado, no era mi intención…yo solo quería estar a solas con usted – se inclinó y le beso la mano con dulzura

- Y-yo…descuide…n-no me ha ofendido – dijo mientras apartaba su mano de la de Marco

- Eso me alegra – dijo sonriendo amablemente – ¿Le gustaría volver al baile?

-… Si

Ambos comenzaron a caminar de vuelta al gran salón, ninguno de ellos se hablaba, pero no era un silencio desagradable. Un viento frío comenzó a soplar, moviendo suavemente los cabellos de ambos chicos y haciendo que al menor le recorriera un escalofrió y se abrazara a sí mismo.

- ¿Tiene frío? – pregunto el mayor

- Si… un poco – El menor se detuvo al sentir que le colocaban con delicadeza una cálida chaqueta sobre los hombros

- ¿Mejor?

- … Si… ¿P-pero usted no tiene frío?

- Descuide, aguanto bien el frío

-Ah… Muchas gracias – dijo en casi un susurro

- No tiene por qué darlas

Ambos se quedaron parados mirándose el uno al otro, no había duda que el chico había flechado por completo el corazón del mayor. Marco nunca había creído en el amor a primera vista… Hasta ahora. El menor miraba fijamente esos hermosos ojos negros, eran profundos y desprendían una amabilidad acogedora, aún sintiéndose ligeramente incómodo por que el rubio hubiera intentado seducirle, esos ojos conseguían relajarle. Se quedaron así un buen rato hasta que un gran estruendo los sobresaltó

- ¡¿Que fue eso?! – Preguntó el menor

- … Demonios – Maldijo bajito el mayor para que el menor no lo oyera, pero igual lo oyó

- ¿Sucede algo malo? – Pregunto el menor claramente preocupado

- Lamentablemente… tengo que irme – dijo el mayor con amabilidad, pero con un toque de tristeza – pero me gustaría que volviéramos a vernos

Sorprendido por la petición del rubio, y por su misma curiosidad ante este, Ace preguntó

- ¿Cuando?... ¿Donde?

- Donde y cuando menos te los esperes – dijo con un toque de picardía que hizo que un leve sonrojo se notara por debajo de la máscara plateada de Ace
 
- Y ¿c-como lo reconoceré sin la máscara?

- Créame, usted sabrá que soy yo

- E-está bien…

- Entonces…Nos veremos luego, ángel enmascarado – se acercó al menor, le dio un rápido beso en la mejilla y desapareció en la oscuridad de la noche

El menor estaba en estado de shock, todo lo que había ocurrido en esos últimos momentos con el rubio lo había dejado descuadrado y confundido. Una brisa fría lo saco de ese estado y se arropó aún más con aquella chaqueta, que despedía un agradable aroma “Huele a menta… Y hierbabuena” pensó el menor mientras se arropaba aun mas en esa chaqueta

- Nos veremos luego… Caballero Marco – dijo en un muy tenue susurro sin saber muy bien por que. Luego se dirigió al gran salón, donde se estaba armando un gran alboroto.


Sephiroth X Cloud

MI SEGUNDA OPORTUNIDAD


Estoy en Costa del Sol, en mi villa, llevo ya dos largos meses aquí, pero no estoy solo....... aunque como si lo estuviera, pues la persona que me acompaña no ha despertado desde hace exactamente dos meses, cuando lo encontré.
Me encontraba caminando por la Isla de Mideel, entrenando un poco, pues a pesar de haber derrotado a Sephiroth no tenía intenciones de descuidar mi condición, ya todos habían seguido sus caminos, incluso Vincent, quien decidió vagar por el mundo hasta encontrar su lugar, espero que algún día lo encuentre. Estaba por llegar al pueblo destruido cuando de pronto una ola gigantesca chocó contra la costa, yo me asusté pensando que me tragaría, pues estaba muy cerca, sin embargo la ola se elevó hacia arriba en vez de tocar la playa y de pronto del fondo de esta emergió un cuerpo, que prácticamente salió volando hacia el suelo, yo me encontraba lejos para poder sostenerlo pero afortunadamente mi Gold Chocobo, al que llamé Hipnos, si pudo sostener al individuo que salió del agua, cuando la ola desapareció me acerqué a Hipnos y entonces, me congelé, pues, si mi vista no me engañaba, la persona que se encontraba inconsciente en el lomo de mi Chocobo no era otro más que el..... el hombre contra el cual nosotros peleamos hasta la muerte (su muerte), la persona que invocó a Meteor para destruir la Tierra, el Soldado más destacado de SOLDIER, el..... Sephiroth.
Se encontraba desnudo, y tenía heridas profundas por todo su cuerpo, producto de mi Omnislash, supongo; me acerqué cuidadosamente a el para revisar su pulso y me sorprendí aún más, pues aunque débil, su corazón continuaba latiendo. Lo acomodé sobre mis piernas y emprendí mi viaje hasta donde me encuentro ahora, y como dije al principio, ya pasaron dos meses de aquel suceso, y desde que estamos aquí no ha abierto los ojos, pareciera que estuviera muerto, pero aún puedo seguir escuchando los latidos de su corazón.
Aún me cuesta trabajo aceptar que está aquí, vivo.... a mi lado, yo jamás quise matarlo, aunque si bien los recuerdos que tenía de el estando en SOLDIER eran en verdad de Zack, yo si compartí algunos de ellos, como cuando Sephiroth me preguntó en Nibelheim como se sentía volver a mi pueblo natal, esa pregunta me la hizo a mi, y aunque el era más amigo de Zack también simpatizaba conmigo, y yo lo admiraba, Oh Dios, como lo admiraba. El era un hombre justo, valiente y honesto, era amable, callado si, pero amable....... era maravilloso, pero después del suceso ocurrido en Monte Nibel todo cambió drásticamente, se volvió otro, sanguinario, tenebroso....... loco.... se volvió loco, y ese comportamiento terminó por destruir su vida, y llevarlo a la muerte en mis manos........ pero no murió, aquí está...... conmigo.
******
Otro mes que se va, y el sigue sin abrir sus ojos, ya lo intenté todo, la Restore Materia en el primer mes, los elixir y X-potion al siguiente, hasta lo maté para revivirlo con la Revive Materia, y luego con la Summon Phoenix Materia, y aunque si lo reviví sigue sin despertar; hace dos semanas traje al Doctor que me atendió en Mideel, y luego de revisarlo me dijo lo que yo tanto temía, su intoxicación por energía Mako fue más grande que la mía, y por eso, aunque esté vivo, costará mucho trabajo hacerlo reaccionar. El Doctor acaba de irse y nos hemos vuelto a quedar solos, y yo solo quiero que despierte, quiero ver sus ojos...... escuchar su voz.... quiero que esté bien...... ya no soporto verlo así........
Mientras más días pasan más desesperado me encuentro, estamos por llegar al cuarto mes y el no despierta, parece que no despertará nunca!!, PORQUE!!!!!!!! PORQUE DEMONIOS LO HAN VUELTO A PONER EN MI CAMINO SI NO PUEDE MIRARME!!!!!!!, SI NO PUEDE HABLARME!!!! PORQUE!!!!!!!!!!............... porque...........

  • Porque......
  • Hmh....hhhmhh........- Q-que???, lo estoy escuchando realmente o ahora soy yo el que se ha vuelto loco..... levanto mi vista y me limpio las lágrimas para ver mejor y no.... no puedo creerlo!!!, al mirar su rostro me pierdo en esas esmeraldas plateadas que tanto he ansiado ver durante todo este tiempo, sus ojos me observan, está confundido, puedo sentir su turbación, seguramente pensó que ya no estaba vivo, gracias a Dios que el se equivocó, como lo hice yo.
  • Sephiroth....... bienvenido de nuevo.- Le digo y el se confunde más, por ello intentaré explicarle lo poco que entiendo de todo este asunto.- Hace dos... no, tres meses, en realidad casi cuatro.... te encontré en Mideel, emergiste de una ola gigante sin razón aparente y estabas inconsciente, no has despertado desde entonces, yo te traje a mi casa para cuidarte...... me alegra tanto que estés bien.....
  • Q-que... que te alegra???.... pero porque???, si yo quise matarte...... yo quise destruir la Tierra..... porque te alegra???, si destruí lo que amabas, a tu pueblo, tu familia y amigos, a tu..... a esa jovencita...... como puedes estar alegre..... no te entiendo.- A mi....??? a mi que???, se referirá a Aeris acaso???, pensará que ella tuvo algo que ver conmigo???, Ah Sephiroth, si supieras quien se encuentra ahora en mi corazón, quien se ha encontrado aquí desde siempre....
  • Quiero que te quede bien claro algo, yo no te guardo rencor..... estoy consciente que cuando cometiste todos esos crímenes, hasta el final de tu vida, tu no era el mismo al que conocí cuando quise ingresar a SOLDIER, eras alguien completamente diferente, por eso no te guardo rencor, por eso.... me alegra que estés bien.- El sigue mirándome, pero de pronto alcanzo a distinguir que sus ojos están humedeciéndose, está llorando.... y esa es prueba suficiente para mi, a vuelto a ser el mismo de antes.... sin embargo aún esta ese asunto de la jovencita, así que prosigo aunque el continua llorando en silencio.- Y esa jovencita solo era mi amiga, mi mejor amiga.... me dolió que muriera pero....... me dolió mucho mas pensar que habías muerto tu.
  • C-Cloud......
  • Shhh.... no llores más..... estás aquí, vivo.... conmigo..... no hace falta nada más..... no importa nada más.
  • .......... Cloud yo.......... yo te.....- Calla por un instante, quizás pensando en como decirme lo que tenga que decirme.- te...........- Algo en mi corazón me dice que creo saber que es lo que quiere decirme, así que rápidamente coloco uno de mis dedos en sus labios y le digo.
  • Yo te amo, y juro que no dejaré pasar esta oportunidad para demostrártelo, para hacerte feliz.
  • Yo también te amo......- Dice mientras se lanza a mis brazos y continúa llorando, me es difícil hacerme a la idea de lo frágil que puede llegar a ser este hermoso hombre, pero no me importa, jamás me importará.
Lo recuesto en la cama y le quito lentamente la ropa que le puse cuando lo traje a mi casa, y no dejo de maravillarme con cada centímetro de su escultural cuerpo, sus brazos, su cuello..... su pecho..... todo en el es.... sencillamente perfecto, nunca he conocido persona más hermosa que el, y aunque haya conocido alguna jamás me di cuenta de ello. Cuando lo tengo finalmente desnudo ante mis ojos comienzo a despojarme de mi propia ropa, lenta y suavemente, y con una sonrisa veo su rostro contemplándome de pies a cabeza, a veces me siento como devorado por esa mirada, su preciosa mirada, ahora ya estamos desnudos los dos, su cuerpo blanco como la nieve, el mío un poco más tostado, me acuesto a su lado y entonces comienzo, acaricio su rostro con mis dedos, como aprendiéndome cada una de sus facciones, cada milímetro de su piel, me detengo en los labios, y su boca entreabierta me invita a besarlos, lo hago tierna y delicadamente, explorando su cavidad oral con mi lengua, la cual se entrelaza en momentos con la suya, danzando al ritmo de la más maravillosa melodía, la melodía de nuestro amor.
Nos separamos solo cuando sentimos la necesidad de respirar, tomamos una bocanada de aire y continuamos, ahora me dirijo con mis labios a su cuello, lo beso por toda su extensión, y luego lo muerdo ligeramente, saboreando su piel, esa piel que está comenzando a pertenecerme. Luego de unos cuantos mordiscos en su cuello comencé a lamerlo, consiguiendo sacar algunos gemidos placenteros de su boca, lo observo un momento y no puedo evitar el besar de nuevo sus labios, son exquisitos...... después de besarnos continúo con mi tarea, deslizándome esta vez hasta su pecho llenándolo de besos y pequeñas mordidas en sus pezones los cuales, para este momento, ya se encontraban erectos, los muerdo ligeramente y los succiono logrando gemidos más fuertes de su parte, de pronto siento algo que roza mi abdomen, y me encuentro con su miembro palpitante el cual ya se endureció debido a la intensidad de mis caricias sobre su cuerpo, miro su rostro de nuevo, y en sus ojos veo una súplica, una petición para calmar las sensaciones que desperté en el, así pues me deslizo nuevamente llegando esta vez a su pene, al cual tomo primero con mis manos masajeandolo suavemente mientras que sus gemidos logran llenar la habitación, su respiración está fuera de control y pronto me doy cuenta de que no es el único, yo también me encuentro fuera de mi.
Sigo masajeando por algunos minutos hasta que el levanta ligeramente sus caderas dándome a entender que necesita otro tipo de trato, así que lo suelto y en esta ocasión envuelvo su miembro con mi labios hasta introducirlo dentro de mi boca, ahora solo escucho sus gritos llenos de placer, me detengo un momento pensando en que tal vez el sujeto que vive en el sótano de mi casa podría salir a ver a causa del escándalo, pero recuerdo que hace tres meses le di dinero para que buscara otro lugar donde vivir así que dejo de preocuparme por ello, continúo succionando su miembro con calma, disfrutando de su éxtasis, de su ser, finalmente Sephiroth lanza un grito mientras que un líquido viscoso se desplaza por mi garganta llenándola con su exquisito sabor, amargo y dulce a la vez, simplemente fascinante.
Lo dejo descansar algunos minutos mientras beso con suavidad su boca, sus mejillas y todo su rostro, y solo hasta que su respiración, así como la mía se estabiliza reanudo mi nuestra actividad, lo miro a los ojos como pidiéndole permiso para hacerlo mío, a lo que el me responde besándome con pasión, nuestras bocas vuelven a danzar entrelazadas, nuestras manos exploran cada centímetro de la piel bajo ellas hasta que lo tomo sus glúteos para alzar sus piernas y acomodar mi miembro hasta estar de frente con su ano, primero lo preparo con mis dedos los cuales están algo húmedos al haber limpiado su miembro después de su culminación, meto primero uno haciéndolo gemir nuevamente, noto que su miembro vuelve a endurecerse por lo que con mi otra mano lo tomo para masajearlo al mismo ritmo con el que muevo mi dedo, ahora meto otro y luego otro más mientras que sus gemidos se intensifican, mi mano y mis dedos se mueven a un mismo ritmo mientras el pide más, por ello saco mis dedos y luego de besar suavemente sus labios introduzco mi pene hasta el fondo de su ser mientras son ahora mis gritos los que invaden la habitación, me quedo unos segundos inmóvil dentro de el para que su cuerpo se acostumbre a mi, y cuando siento que ya es así comienzo a moverme, primero lento........ suave........ hasta que ambos ya no podemos más y nos movemos frenéticamente intentando saciar nuestros deseos, nuestros gritos retumban en las paredes y los "te amo" van y vienen por toda la habitación, continuamos moviéndonos a un mismo ritmo cuando después de algunos minutos ya no podemos más, así que con un último grito expulso mi semen dentro de el mientras que el expulsa el suyo por mi abdomen, estamos exhaustos, pero ha sido maravilloso.......... maravilloso...... me desplomo a su lado y el me besa gentilmente agradeciéndome con ese simple gesto el haberlo hecho mío, pero soy yo el que debería agradecerle, pues ha cumplido una de mis fantasías mas locas, entregar mi primera vez al hombre que amo. El se acurruca entre mis brazos y cierra sus ojos para dormir, yo lo observo por algunos instantes hasta que decido hacer lo mismo, abrazándolo para no dejarlo ir.
Despierto cuando los rayos del Sol entran por mi ventana, y lo primero que veo es ese rostro angelical que tanto he amado durante años, y besando suavemente su frente me hago una promesa, prometo no dejarlo nunca, estar siempre a su lado y jamás desaprovechar la nueva oportunidad que se me ha dado para estar con el, mi segunda oportunidad para ser feliz, y hacerlo feliz......... mi segunda oportunidad para amar.

L X Near

En un día de otoño

Era un día de otoño común y corriente, nada lo hacía diferente o especial. Las hojas de los árboles seguían cayendo suavemente, formando una alfombra de colores marrones y amarillentos. El aire era un poco frío y el cielo estaba despejado, como no lo estaba desde hacía unas semanas.

Near se encontraba recostado en la cama de su habitación. Había permanecido ahí por un tiempo, esa mañana ni siquiera había tenido ganas de bajar a desayunar, así como no lo había hecho desde hacía dos días, y nadie en Wammi’s House se atrevía a molestarle en su soledad. Los recuerdos de lo sucedido hacía tres semanas aún estaban en su mente…

¿Te irás nuevamente? – le preguntó a aquella persona a la que tanto aprecio y respeto le tenía, no pudo evitar que en sus palabras hubiera reproche – siempre llegas y te vas en seguida, ¿por qué?

No tengo la obligación de darte explicaciones sobre mis actos, Near. Debo irme y punto…
Aún mirando al techo, escuchó cómo tocaban a la puerta. Tal situación logró sacarlo de sus cavilaciones.
Aún mirando al techo, escuchó cómo tocaban a la puerta. Tal situación logró sacarlo de sus cavilaciones.Near, ¿puedo pasar? – preguntó L al otro lado de la puerta, tenía cosas importantes de las cuales hablar con el albino… un asunto que había quedado pendiente cuando se fue.
Aún mirando al techo, escuchó cómo tocaban a la puerta. Tal situación logró sacarlo de sus cavilaciones.
Aún mirando al techo, escuchó cómo tocaban a la puerta. Tal situación logró sacarlo de sus cavilaciones.
Near, ¿puedo pasar? – preguntó L al otro lado de la puerta, tenía cosas importantes de las cuales hablar con el albino… un asunto que había quedado pendiente cuando se fue.

Al escuchar esa voz Near se sorprendió. ¿Qué quería L? ¿No bastante había tenido con su anterior conversación? ¿Acaso no había sido claro cuando hablaron? Solo suspiró aún dando la espalda a la puerta. Quizá esa no era la actitud que debería tomar ante tal situación, se estaba comportando como un chiquillo inmaduro.

Al escuchar esa voz Near se sorprendió. ¿Qué quería L? ¿No bastante había tenido con su anterior conversación? ¿Acaso no había sido claro cuando hablaron? Solo suspiró aún dando la espalda a la puerta. Quizá esa no era la actitud que debería tomar ante tal situación, se estaba comportando como un chiquillo inmaduro.

-¿Me dejarás pasar o tengo que derribar la puerta? – exclamó el moreno con voz ligeramente elevada.

Sabía que él tenía la culpa de que Near se comportara así con él. ¿Por qué demonios había dicho todas esas estupideces? A pesar de ser un genio en todo, había que admitirlo… era un completo fracaso en las relaciones humanas, y más al momento de expresar sus sentimientos, cosa que no hacía muy a menudo… ¿por qué ahora que parecía ser que experimentaba eso que los demás llaman “primer amor”?

Sabía que él tenía la culpa de que Near se comportara así con él. ¿Por qué demonios había dicho todas esas estupideces? A pesar de ser un genio en todo, había que admitirlo… era un completo fracaso en las relaciones humanas, y más al momento de expresar sus sentimientos, cosa que no hacía muy a menudo… ¿por qué ahora que parecía ser que experimentaba eso que los demás llaman “primer amor”?

Dentro de la habitación, Near suspiró resignado. Su cerebro le decía que lo más conveniente era dejar pasar a L, después de todo era su sempai y le debía respeto; más su orgullo le decía que le ignorase, que bien merecido lo tenía por comportarse como lo había hecho. En qué dilema se encontraba ahora.

L volvió a tocar a la puerta, ahora con más fuerza que al principio.

Near… - dijo el susodicho con voz ahora obviamente molesta por el asunto. Odiaba perder y aunque fuera Near, no le dejaría ganar.

Pasa – respondió el menor. L abrió la puerta y entró.

Near aún se encontraba recostado en la cama, ahora dando la espalda a la puerta mientras se encontraba en posición fetal, L cerró suavemente la puerta.
Near aún se encontraba recostado en la cama, ahora dando la espalda a la puerta mientras se encontraba en posición fetal, L cerró suavemente la puerta.

-Vaya, pensé que al menos irías a recibirme – dijo L al estar dentro – o por lo menos dirías “hola” desde la ventana.

-No te creas tan importante – respondió Near sin alterar en lo más mínimo el tono de su voz.

-No me creo importante, solo creí que era lo suficientemente notorio como para recibir un simple saludo de mi “otouto” – L se sentó en la cama… todo en su ya acostumbrada forma de hacerlo.
-¿Y bien? – preguntó Near incorporándose y quedando sentado con las piernas estiradas completamente. Tomó uno de sus Gundam que tenía sobre el buró contiguo.

-¿Y bien qué?

Near frunció el ceño ligeramente. L podía ser su sempai, ser el mejor investigador del mundo, ser muy inteligente y todo lo que la gente quisiera, pero cuando se lo proponía podía llegar a ser realmente desesperante. Aún “concentrado” en su Gundam, prosiguió
Near frunció el ceño ligeramente. L podía ser su sempai, ser el mejor investigador del mundo, ser muy inteligente y todo lo que la gente quisiera, pero cuando se lo proponía podía llegar a ser realmente desesperante. Aún “concentrado” en su Gundam, prosiguió

-¿Qué te trae hasta aquí? Tenía entendido que [i]“no tenías la obligación de darme explicaciones sobre tus actos” /

Bingo. Había dado justo en el clavo. L suspiró ligeramente.

-Verás, creo que no debí haberte dicho todo aquello, me pasé un poco con las palabras – miró a Near por un momento – puedo llegar a ser realmente ignorante con respecto a estas cosas.

-¿Con respecto a qué?

-Hmm… yo…

 -Si, ¿tu qué?
L se sintió ridículo en ese instante. Near notó ese hecho y esbozó un amago de sonrisa que ocultó agachando el rostro, concentrándose en el Gundam. El silencio se hizo nuevamente en la habitación, cosa que para el mayor se estaba convirtiendo en un verdadero martirio.

−¿Decías? – dijo Near rompiendo el silencio con ganas de escuchar la voz de L.

−Bien… ¿cómo decirlo? – L realmente no sabía qué decir. Durante toda su vida se había mantenido al margen de este tipo de situaciones y ahora le era sumamente complicado no poder expresarse como quería.

−Si no sabes qué vas a decir, entonces ¿a qué has venido? – en la voz de Near había un poco de reproche – ahora, si no te importa, aún tengo cosas que hacer.

Esto sacó a L de su ligero ensimismamiento, y deshaciendo la postura en la que se encontraba, se levantó y con paso apesadumbrado se acercó a la ventana de la habitación, a través de la cual su mirada se perdió. Meditó en las palabras que diría. Siempre había pensado que expresar sus sentimientos era algo completamente innecesario y hasta cierto punto ridículo, pero ahora sabía que en realidad hacerlo era muy complicado.
Esto sacó a L de su ligero ensimismamiento, y deshaciendo la postura en la que se encontraba, se levantó y con paso apesadumbrado se acercó a la ventana de la habitación, a través de la cual su mirada se perdió. Meditó en las palabras que diría. Siempre había pensado que expresar sus sentimientos era algo completamente innecesario y hasta cierto punto ridículo, pero ahora sabía que en realidad hacerlo era muy complicado.

Near había seguido a L con la mirada todo el tiempo, dejó el Gundam delicadamente sobre la cama y encogiendo sus piernas en la ya típica posición adoptada de su sempai, recargó sus brazos sobre sus rodillas y sobre éstos, su barbilla.

− Dime… - L finalmente se había decidido a hablar, su mirada aún seguía perdida en algún punto del horizonte - ¿tu alguna vez has amado a alguien? – en ese momento se giró para ver a Near.
− Dime… - L finalmente se había decidido a hablar, su mirada aún seguía perdida en algún punto del horizonte - ¿tu alguna vez has amado a alguien? – en ese momento se giró para ver a Near.
− ¿Qué? – la pregunta simplemente había tomado al albino por sorpresa.

− Que si alguna vez has amado a alguien.

El silencio volvió a hacerse. Near evitó la mirada de L, posándola sobre sus pies descalzos, los cuales parecían ser sumamente interesantes en ese momento. Cuando el mayor estaba a punto de insistir una vez más, Near habló
El silencio volvió a hacerse. Near evitó la mirada de L, posándola sobre sus pies descalzos, los cuales parecían ser sumamente interesantes en ese momento. Cuando el mayor estaba a punto de insistir una vez más, Near habló

−Siempre he pensado que los sentimientos, como en este caso el amor, hacen que una persona pierda enfoque a lo que realmente es importante, la subjetividad puede llevar al fracaso – se mantuvo en silencio unos segundos más, segundos que fueron eternos para L – sin embargo, y aunque no sepa muy bien qué es el amor o cómo se siente… puedo decir que cuando estoy cerca de cierta persona me siento bien. Mi corazón late rápido, como si una taquicardia me llegara de pronto. Es extraño, pero me gusta sentirlo.

− Yo… he llegado a sentir lo mismo – dijo L mirando al menor – creo que es lo único que me hace ser humano. Ciertamente es una sensación extraña y difícil de explicar con palabras.

−Irónico – dijo Near sonriendo muy poco – eres un genio y no sabes qué es lo que estás sintiendo.

−Quizá tengas razón – agregó L para después acercarse nuevamente a la cama de Near, acomodándose a su lado, simplemente esperando a que el menor dijera algo más.

Nate realmente no sabía qué más decir. ¿Por qué no podía ser tan fácil como resolver una ecuación de primer grado? Prefería resolver todos los ejercicios propuestos en algún libro de álgebra o trigonometría a estar en esta situación.

Nate realmente no sabía qué más decir. ¿Por qué no podía ser tan fácil como resolver una ecuación de primer grado? Prefería resolver todos los ejercicios propuestos en algún libro de álgebra o trigonometría a estar en esta situación.

L también sentía la tensión del momento. ¿Qué hacer?, ¿qué decir? En instantes como esos casi deseaba ser una persona ordinaria, alguien que no analizara los pros y los contras de cada situación, ¿alguien más impulsivo? Si, solo ser alguien que se dejara controlar por sus emociones pues abrirse con los demás era algo que no le era fácil. ¿Por qué expresar sus sentimientos no podía ser tan fácil como uno de los muchos casos que le habían hecho ganar el título de “el mejor investigador del mundo”?

La cercanía del joven Lawliet ponía nervioso a Near… éste le miró discretamente mientras jugaba con uno de los mechones de su cabello enmarañado, como era su costumbre recién adquirida, más ahora lo hacía por mero nerviosismo. También había comenzado a sentir ese extraño, pero agradable, cosquilleo en la boca del estómago… y hablando de estómago… en ese momento sintió dolor justamente ahí, logrando arrancarle una mueca.

−¿Pasa algo? – preguntó L al notar el gesto hecho por Near. De verdad todos esos sentimientos le hacían humano, un débil e inexperto humano.

−Nada, estoy bien – mintió el albino. No haber comido en dos días estaba ocasionando todo eso.

-Sabes tan bien como yo que no estás bien – llevó una mano a la frente del albino – no, no es fiebre – entonces su mano bajó hasta el estómago de éste - ¿quizá sea el estómago?
La mirada tan intensa que Elle le mandaba logró hacer que Near se sonrojara; sabía que esto era muy notorio, su color de piel lo hacía así. Se sintió un poco ridículo por eso.

– agregó desviando la mirada hacia una de las esquinas inferiores de la habitación.
−Tienes que aprender a mentir – dijo L seriamente tomándolo por el mentón obligándole a mirarlo.

Near no pudo evitar mirarle a los ojos olvidándose por completo del dolor que sentía. ¿Cómo una mirada podía ponerlo tan nervioso y al mismo tiempo hacer que no pudiera cortar el contacto visual? Simplemente no podía evitar mirarle… y ese aroma, tan varonil mezclado con vainilla y un toque de fresas. Examinó las facciones de L: su piel blanca y suave; ojos color del vacío remarcados por esas ojeras ahora parte de su atractivo natural; y finalmente… sus labios, esos labios que invitaban a ser besados.

Near no pudo evitar mirarle a los ojos olvidándose por completo del dolor que sentía. ¿Cómo una mirada podía ponerlo tan nervioso y al mismo tiempo hacer que no pudiera cortar el contacto visual? Simplemente no podía evitar mirarle… y ese aroma, tan varonil mezclado con vainilla y un toque de fresas. Examinó las facciones de L: su piel blanca y suave; ojos color del vacío remarcados por esas ojeras ahora parte de su atractivo natural; y finalmente… sus labios, esos labios que invitaban a ser besados.

El sonrojo regresó, y lo hizo con mayor intensidad que antes.

-De verdad que no estás bien – observó Elle levantándose para después tomar a Nate en brazos y correr las sábanas para meterlo dentro.

−¡Maldición, te digo que estoy bien! – dijo ahora evidentemente molesto, cosa que no ocurría muy a menudo.
 

sábado, 26 de octubre de 2013

Mihawk X Zoro

Con mis 3 espadas desenvainadas, respirando agitadamente y algo bastante magullado me encontraba yo de pie en un pequeño prado era verano por lo que hacia bastante calor.
-Bueno, ya es suficiente por hoy.-dijo el individuo de mirada dorada que tenia ante mí.
-No, yo aun puedo continuar.-Mihawk sin hacerme caso guardo su pequeño cuchillo que era parte de su colgante y con los brazos cruzados se marcho sin decir nada más.
Yo seguí entrenando solo, practicando técnicas hasta que me di cuenta de que estaba anocheciendo así que decidí regresar.
-Mierda, ¿donde esta ese maldito castillo? Ya se esta moviendo como siempre.-me queje estaba harto de que allí donde fuera siempre se moviera el lugar a donde quería llegar y luego los demás decían que tenía mala orientación. Di vueltas por el lugar buscando una zona conocida hasta que acabe en un pequeño lago como no hacia frio me busque un sitio cómodo para dormir ya por la mañana seguiría buscando el maldito castillo.
Con los brazos tras la cabeza observaba el cielo estrellado, la luna estaba enorme esa noche sin darme cuenta los ojos se me fueron cerrando hasta casi quedar dormido si no hubiera sido por que sentí una presencia cerca me hubiera quedado dormido.
-Ya era hora de que aparecieras.-proteste por la tardanza del mayor.
-Veo que al menos tus otros sentidos están bien, no como el de la orientación.-dijo Mihawk caminando hacia mi, llevaba unos pantalones largos negro y una camisa blanca sencilla raro por que normalmente solía llevar algo de vuelo.
-Yo tengo sentido de la orientación…-empecé con la charla ya sentado apoyándome en mis brazos pero no pude terminarla dado que en un abrir y cerrar de ojos Mihawk estaba colocado encima mio demasiado cerca no pude evitar que un liguero rubor se instalara en mis mejillas, cogió mi cara con sus manos, sentí como me miraba yo le aguante la mirada nuestros alientos chocaban, de repente se acerco dándome un beso yo sorprendido y con los ojos abiertos como platos lo separe.- ¿¡Pero que coño haces!?
-Sabes que tu también lo deseas Roronoa, solo déjate llevar.-dijo el de mirada dorada volviendo a besarme, en un principio no respondí e intente separo, pero poco a poco me deje llevar por su beso y empecé a corresponder, Mihawk me agarro de la cintura acercándome más a el hasta que no quedara más espacio entre nosotros, el beso se profundizo convirtiéndose en una lucha entre nuestras lenguas por ser el que dominara, por la falta de aire nos tuvimos que separar por la fuerza, respirando agitadamente intentábamos recuperar la respiración el empezó a bajar los besos por la oreja hasta el cuello. Me aferre a su cuello pero el me separo y me quito la camisa sus besos siguieron bajando ahora acompañados de pequeños mordiscos hasta que se topo con mis pezones que empezó a estimular, haciendo que sin querer dejara escapar algún pequeño gemido que no conseguí reprimir el se acerco a mi oreja y mordiéndola y besándola me susurro de una forma muy sexi.
-No te reprimas, quiero oírte disfrutar.
Tras oír esto no pude evitar que un sonrojo mayor al que ya tenia se apoderara de mí. Me Tumbo y nos volvimos a besar y mientras nuestras lenguas jugaban yo le quite la camisa con su ayuda mientras, el me desabrochaba los pantalones y me los quitaba junto con la ropa interior y los zapatos intente taparme pero el me agarro ambas manos y las aprisiono por encima de mi cabeza.
-No hagas eso.-dijo el mientras me ofrecía tres dedos que yo lamí a conciencia sabiendo lo que vendría ahora, cuando el creyó que era suficiente los saco de mi boca.
-Ahora relájate para que te duela menos.-dijo mientras poco a poco y con cuidado iba introduciendo el primer dedo, dolía un poco pero era más la molestia pronto me acostumbre Mihawk se dio cuenta y añadió otro así hasta que había añadido los tres, una lagrimita escapo y resbalo por mi mejilla el ojidorado lamio la lagrima.
-¿Estas preparado?
-S-si.-dije un poco inseguro.
El mayor saco los tres dedo de mi entrada se quito los pantalones junto con la ropa interior y los zapatos dejando ver su erección se situó entre mis piernas y una vez acomodado empezó a introducirse en mi interior poco a poco.
-¡Aaaarg!-me queje del dolor mientras más de una lagrima escapaba de mis ojos, Mihawk me beso introduciendo su lengua en un apasionado beso acallando mis quejidos. Una vez se introdujo entero espero a que me acostumbrara cuando nos separamos siguió besando mi cuellos, oreja y dándome más besos apasionados como el anterior respectivamente.
Cuando me di cuenta estaba moviendo mis caderas en busca de más Mihawk lo entendió y empezó a moverse de inmediato.
-¡Aaaaah!-salió un gemido cuando Mihawk dio en un punto sensible que me hizo estremecerme, mientras el seguía mordiéndome el cuello una mano bajo por mi torso hasta mi erección que empezó a masturbar haciéndome sentir una oleada de placer sentía que pronto me vendría y el acerero sus movimiento.
-¡¡Aaaaaaaaah!!-con un gran gemido me vine manchando nuestros abdomen y haciendo que el se viniera después dentro de mi con un gemido que parecía más un gruñido cuando consiguió normalizar un poco la respiración salio y se acorto a mi lado.
-M-Mihawk yo… te… a-amo.
-Y yo a ti.-dijo el ojiamarillo atrayéndome a el y poniendo mi cabeza en su pecho.
-¿Y que haremos ahora?
-Pues seguir como siempre y cuando todo termine podremos estar junto.
Una sonrisa adorno mi cara mientras miraba la luna como testigo de nuestro amor, ya estaba impaciente por que ese día llegara.