La inociencia de Italia
En la casa de Alemania, las cosas ya no eran como antes… no desde la llegada de él…
- ¡¡¡¡¡Alemania!!!!! – Italia se le tiraba encima a Alemania, en la cama.
- ¡¡¡Italia!!! – Y no sólo eso… estaba de nuevo “Desnudo”.
- ¡No te olvides de mi por favor! – Sus ojitos desprendían lágrimas y sollozaba con pasión.
- Ah. Ya te dije que no lo haría… siempre y cuando tú no olvidaras usar calzoncillos para dormir – Tenía un tic en una ceja.
- Ehhhhhhh… no lo he olvidado. Es que en mi casa dormimos así.
- ¡Si, si! ¡Pero no estás en tu casa! – El rubio estaba rojo como un tomate.
Pero como siempre, Italia no tenía que rogarle
mucho al ojiazul, simplemente con agitarse un poco y decir “Alemania,
por favor”, o ni siquiera eso tuvo que hacer. Alemania de golpe lo
arrojó en la cama y se colocó arriba de él. Infantilmente el italiano
pensaba que se trataba de un juego y se dejó hacer, pero cuando sus
labios fueron sellados por los del otro quedó ligeramente impactado.
Trató de moverse un poco, le faltaba la respiración.
- Italia… - El rubio lo miró con deseo.
- Alemania… - Vio conveniente mencionar su nombre –
Oyasumi nasai – Tomó aquello como un beso de buenas noches, a lo que el
otro respondió con un deje de molestia.
- ¿A qué estas jugando? ¿Crees que puedes llegar a mi cama y hacerme algo así?
- ¿Algo así? Mmmmmmmm…. – Pero a la mente de Italia
no llegó el significado del “algo así” - ¿Cómo? ¿Quieres que haga algo
Alemania?
- ¡Eh!
- Puedes decírmelo, después de todo somos amigos – A
su alrededor brillaba un aura de bondad – Si quieres que haga algo… lo
que sea… yo lo haré…. por Alemania.
- Italia… – Sus pupilas azules brillaban de la emoción, aquello le había llegado al corazón.
- Si, hasta soy capaz de comer de la horrible
comida del baka de Inglaterra… - Mencionó muy decidido - ¿Eso es lo que
quieres que haga?
- Cállate – Alemania cubrió cuidadosamente la boca con un dedo. Seguidamente se ocultó con la sabana – Oyasumi.
- Ehhhhhh…. Alemania ¿Doshita no? Alemania,
Alemania – Hamaqueaba su cuerpo de un lado a otro - Alemania, Alemania,
Alemania, Alemania…
- “Italia, comprende. Es por el bien de ésta
alianza” – Bajo la sabana se hallaba un Alemania tratando de ocultar su
erección – “Deja de hacerme esto cada noche” – Una lagrimilla se
escapaba de uno de sus azulados ojos.
Al otro lado, en la habitación de junto, se encontraba Japón de visita, pegado a la pared con un vaso de vidrio en la oreja.
- Al parecer no va a pasar nada… que decepción.
Y al día siguiente…
Los países del eje se encontraban comiendo en la casa de Alemania.
- Ah… - Italia dudó un momento – Ano… Alemania – Llamó.
- ¿Qué?
- ¿No hay pasta para comer? – Hacía un pucherito.
El rubio preparaba la comida. Japón no hacía más que mirar sospechosamente al dúo.
- “Algo me dice que esto no está bien…” –
Refiriéndose a la posible relación entre Alemania e Italia – “Pero no
puedo dejar de mirar… y otra cosa… ¿Por qué sonrío tanto?” – Ocultaba la
sonrisita que extrañamente se mostraba cuando veía a la pareja.
Alemania le hizo entrega a sus invitados de lo que era su desayuno…
- Tendrás que conformarte con mí… - Fue llevándose su taza de café a los labios.
- ¡¡Mooooo!! ¡A Italia le encanta la salchicha de Alemania! – Acto seguido se metió la misma en la boca - ¡Es tan sabrosa!
- ¡Fsssssssssssssssssssssssssss! – El rubio escupió todo el café que tenía en la boca.
-Cof, cof… Italia-kun…
- ¿Si Japón?
- Creo que no debes decir cosas como esa –
Observaba a Alemania recargarse abatido en la mesa. Se notaba que
trataba de ocultar su sonrojo.
- Ehhhhhhh…. – Tenía cara de símbolo de interrogación.
- “Italia… te odio…” – Y de nuevo la entrepierna de Alemania fue producto de la inocencia de Italia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario