miércoles, 23 de octubre de 2013

alemania x italia


 La inociencia de Italia


En la casa de Alemania, las cosas ya no eran como antes… no desde la llegada de él…

- ¡¡¡¡¡Alemania!!!!! – Italia se le tiraba encima a Alemania, en la cama.

- ¡¡¡Italia!!! – Y no sólo eso… estaba de nuevo “Desnudo”.

- ¡No te olvides de mi por favor! – Sus ojitos desprendían lágrimas y sollozaba con pasión.

- Ah. Ya te dije que no lo haría… siempre y cuando tú no olvidaras usar calzoncillos para dormir – Tenía un tic en una ceja.

- Ehhhhhhh… no lo he olvidado. Es que en mi casa dormimos así.

- ¡Si, si! ¡Pero no estás en tu casa! – El rubio estaba rojo como un tomate.

Pero como siempre, Italia no tenía que rogarle mucho al ojiazul, simplemente con agitarse un poco y decir “Alemania, por favor”, o ni siquiera eso tuvo que hacer. Alemania de golpe lo arrojó en la cama y se colocó arriba de él. Infantilmente el italiano pensaba que se trataba de un juego y se dejó hacer, pero cuando sus labios fueron sellados por los del otro quedó ligeramente impactado. Trató de moverse un poco, le faltaba la respiración.

- Italia… - El rubio lo miró con deseo.

- Alemania… - Vio conveniente mencionar su nombre – Oyasumi nasai – Tomó aquello como un beso de buenas noches, a lo que el otro respondió con un deje de molestia.

- ¿A qué estas jugando? ¿Crees que puedes llegar a mi cama y hacerme algo así?

- ¿Algo así? Mmmmmmmm…. – Pero a la mente de Italia no llegó el significado del “algo así” - ¿Cómo? ¿Quieres que haga algo Alemania?

 - ¡Eh!

- Puedes decírmelo, después de todo somos amigos – A su alrededor brillaba un aura de bondad – Si quieres que haga algo… lo que sea… yo lo haré…. por Alemania.

- Italia… – Sus pupilas azules brillaban de la emoción, aquello le había llegado al corazón.

- Si, hasta soy capaz de comer de la horrible comida del baka de Inglaterra… - Mencionó muy decidido - ¿Eso es lo que quieres que haga?

- Cállate – Alemania cubrió cuidadosamente la boca con un dedo. Seguidamente se ocultó con la sabana – Oyasumi.

- Ehhhhhh…. Alemania ¿Doshita no? Alemania, Alemania – Hamaqueaba su cuerpo de un lado a otro  - Alemania, Alemania, Alemania, Alemania…

- “Italia, comprende. Es por el bien de ésta alianza” – Bajo la sabana se hallaba un Alemania tratando de ocultar su erección – “Deja de hacerme esto cada noche” – Una lagrimilla se escapaba de uno de sus azulados ojos.

Al otro lado, en la habitación de junto, se encontraba Japón de visita, pegado a la pared con un vaso de vidrio en la oreja.

- Al parecer no va a pasar nada… que decepción.

Y al día siguiente…

Los países del eje se encontraban comiendo en la casa de Alemania.

- Ah… - Italia dudó un momento – Ano… Alemania – Llamó.

- ¿Qué?

- ¿No hay pasta para comer? – Hacía un pucherito.

El rubio preparaba la comida. Japón no hacía más que mirar sospechosamente al dúo.

- “Algo me dice que esto no está bien…” – Refiriéndose a la posible relación entre Alemania e Italia – “Pero no puedo dejar de mirar… y otra cosa… ¿Por qué sonrío tanto?” – Ocultaba la sonrisita que extrañamente se mostraba cuando veía a la pareja.     

Alemania le hizo entrega a  sus invitados de lo que era su desayuno…

- Tendrás que conformarte con mí… - Fue llevándose su taza de café a los labios.

- ¡¡Mooooo!! ¡A Italia le encanta la salchicha de Alemania! – Acto seguido se metió la misma en la boca - ¡Es tan sabrosa!

- ¡Fsssssssssssssssssssssssssss! – El rubio escupió todo el café que tenía en la boca.

-Cof, cof… Italia-kun…

- ¿Si Japón?

- Creo que no debes decir cosas como esa – Observaba a Alemania recargarse abatido en la mesa. Se notaba que trataba de ocultar su sonrojo.

- Ehhhhhhh…. – Tenía cara de símbolo de interrogación.

- “Italia… te odio…” – Y de nuevo la entrepierna de Alemania fue producto de la inocencia de Italia.


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