Amor Prohibido
En la habitación de una tranquila casa en la cuidad de Verona, un
hermoso chico rubio lloraba silenciosamente mientras leía uno de sus
libros favoritos: “Romeo y Julieta” de William Shakespeare. El chico
derramaba lágrimas silenciosas, ya que iba por el final de la historia, y
como todos saben esa historia no termina precisamente con un “y
vivieron felices para siempre” Al rato un chico de cabello verde entró
en la habitación y al ver a su hermoso rubio llorando se acercó y con
voz preocupada preguntó
- ¿Porque lloras? ¿Te paso algo malo?
- No, descuida Zoro – le dijo cariñosamente – es que estoy leyendo Romeo y Julieta y ya sabes como me pongo – dijo mientras se secaba las lágrimas
- Sí que eres tonto – le dijo amablemente mientras lo abrazaba con dulzura – ¿sabias que aquí en Verona sucedió una historia parecida?
- No, descuida Zoro – le dijo cariñosamente – es que estoy leyendo Romeo y Julieta y ya sabes como me pongo – dijo mientras se secaba las lágrimas
- Sí que eres tonto – le dijo amablemente mientras lo abrazaba con dulzura – ¿sabias que aquí en Verona sucedió una historia parecida?
- ¿Enserio? – preguntó el rubio ilusionado
- ¡¡¡Claro!!! William Shakespeare se inspiro en esa historia para escribir Romeo y Julieta
- ¡¡¡Vamos cuéntamela!!! – Dijo el rubio con una enorme sonrisa y un brillo en los ojos que lo hacía parecer un niño pequeño
- Bien… esa historia sucedió aquí en Verona, y comienza así…
*****************
Verona, como toda cuidad, tenía sus familias importantes y poderosas, y en Verona estas era los Newgate y los Gol D’ que además de ser la familias más importantes de la cuidad, también eran grandes enemigos. Estos últimos estaban dando un baile en el cual los Newgate, como buenos galanes que eran, pensaban colarse y conseguir chicas, además de arruinarle la fiesta a sus enemigos. Los bailes de los Gol D’ siempre eran extravagantes, elegantes y ostentosos, además este baile en particular era un baile de máscaras y les daba a los Newgate la oportunidad perfecta para colarse sin que los descubrieran.
- ¡¡¡Ya verán los Gol D’ lo que es un baile!!! – Dijo un joven con una cicatriz cerca del ojo izquierdo y cabello castaño arreglado en un tupe mientras se colocaba una máscara amarilla
- ¡¡¡Bien dicho Sacchi!!! Pronto sabrán lo que es un baile al estilo Newgate! – Decía un joven de cabello largo y negro recogido en una cola de caballo mientras se ponía una máscara rosa, era delgado y su rostro tenia facciones delicadas, de no ser porque vestía un traje y no un vestido cualquiera posiblemente se confundiría con una chica
- ¡¡¡Sacchi, Izou!!! ¡Suficiente charla! Entremos de una vez – dijo un joven rubio de poco pelo con su máscara azul oscuro ya puesta
- Vamos Marco… ¡¡¡No seas tan borde!!! Relájate – Dijo Sacchi
- Entremos – dijo Marco mientras caminaba hacia la mansión Gol D’. Una vez adentro del gran salón de los Gol D’ los Newgate comenzaron a disfrutar del baile, teniendo mucho cuidado de que nos los descubrieran.
Mientras tanto, en una lujosa habitación de la mansión Gol D’ un hermoso chico de cabello negro un poco largo, ojos negros y piel clara se miraba en el espejo. Unas cuantas pecas adornaban su rostro y le daban la belleza y la delicadeza dignas de un ángel. Ese chico vestía un elegante traje blanco con detalles plateados y una rosa roja adornaba su pecho. Estaba a punto de ponerse su máscara plateada a juego con su traje cuando de repente su hermano menor entró en la habitación bastante entusiasmado, este iba vestido con un traje negro con detalles en rojo, y una máscara roja a juego.
- ¡¡¡Ace!!! ¡¡¡Ace!!! ¡¡¡Ace!!! ¡¡¡Vamos!!! ¡El baile está muy divertido! ¡¡¡Hay música y mucha comida!!!
- Ya voy Luffy, bajaré en un minuto – dijo el mayor con una voz melodiosa y sonriendo amablemente
- ¡¡¡Valee!!! – Dijo el menor yendo hacia la puerta – Te espero abajo Ace
Cuando el chico salió de la habitación el mayor se colocó su máscara y se miró en el espejo. Se veía realmente guapo, pero según él, falso y frívolo. Dió un suspiro de resignación y salió de su habitación. Bajó las escaleras y caminó hasta la entrada del gran salón y con gran elegancia entró en el lugar.
En el momento en que entró al gran salón casi todos los presentes se voltearon a verlo, incluyendo a nuestro protagonista Marco. Ese chico desprendía un aura de elegancia y delicadeza que hacía imposible no mirarlo. Ace se adentro en el lugar saludando a los presentes, todas las chicas suspiraban cada vez que este las saludaba o les sonreía. Claro, Ace no solo atraía miradas femeninas, también atraía la mirada de varios hombres, algunos lo miraban con admiración, algunos con envidia, otros con asombro y otros con... Lujuria.
Marco lo miraba embobado, el chico le parecía realmente hermoso… Si, nuestro querido protagonista era completamente homosexual. Claro está que nadie sabía de eso excepto su primo y mejor amigo Sacchi. Marco solía ser muy discreto, pero como era un baile de máscaras decidió acercarse al chico, sabiendo que no tenía mucho que perder. Ace se encontraba con su hermano Luffy, el cual estaba devorando la mesa de postres. Marco se acercó al chico con aire elegante e imponente, pero en contraste con su aura le pregunto a Luffy con voz amable.
- Disculpe Joven, ¿me permite un momento? Me gustaría hablar con su compañero
- ¿Mmm? – el chico dejó de comer y tragó lo que tenía en la boca – Si…no hay problema – Luffy miro a Ace, este le asintió y el menor se fue dejando a los dos enmascarados a solas
- Bien – Comenzó Ace – ¿Que es lo que desea caballero? – Preguntó con voz amable, que para Marco sonó muy angelical
- Solo me gustaría charlar. Usted parece un joven muy inteligente y me gustaría conocerlo mejor – Dijo el mayor con una sonrisa seductora
- Yo… Disculpe, pero me gustaría saber con quién tengo el placer de hablar
- Pues…- Marco se quedó pensando un momento, si decía su apellido lo más seguro era que los Gol D’ enviaran a los guardias detrás de él y sus compañeros – Llámeme Marco – Dijo con voz calmada – Solo necesita saber que mi nombre es Marco
- Bien…- dijo el moreno con cierta desconfianza – Mucho gusto caballero Marco, Mi nombre es Ace, Gol D’ Ace.
Al escuchar ese nombre Marco se quedo paralizado, no podía creer que estaba seduciendo a un Gol D’, y no a cualquier Gol D’ sino al mismísimo heredero de los Gol D’. Pero tenía que admitir que sentía una inmensa atracción por el chico y un apellido no iba a hacer que se alejara tan fácilmente.
- Caballero Marco… ¿Se encuentra bien? – al escuchar eso Marco reacciono
- Vaya… Es un honor estar hablando con el mismísimo heredero de tan poderosa familia
- Si, ese soy yo
- Me gustaría hablar con usted más tranquilamente. Le importaría si vamos a un lugar más… ¿tranquilo?
- … Esta bien – respondió Ace todavía con desconfianza
Ambos jóvenes atravesaron el gran salón y salieron a los hermosos jardines. La luz de la luna iluminaba todos los capullos de las flores, las copas de los árboles y se reflejaba en la gran fuente que se encontraba en la mitad de una plaza de piedra. Llegaron hasta la plaza y se sentaron en uno de bancos de piedra que estaban cerca de la fuente. Hacia un poco de frío, por lo que nadie estaba afuera, excepto ellos.
- Bien, ¿que es lo que desea caballero Marco?
- Solo quería pasar tiempo con usted, y conocerle un poco mejor - Mientras hablaba Marco se iba acercando poco a poco – Es un joven apuesto y déjeme decirle que tiene un aura que atrae
- ¿E-enserio? – preguntó sorprendido Ace retrocediendo a medida que el mayor se acercaba; estaba poniéndose un poco nervioso
- ¡Pues claro! – Dijo el mayor mientras colocaba su mano sobre la mano del menor; Las mejillas de Ace se tiñeron levemente de color carmesí – Es usted adorable – el mayor esbozo una sonrisa seductora pero amable
- ¡¡¡Caballero Marco!!! – Dijo el menor sorprendido al momento que quitaba su mano de la del mayor – ¡¡¿Esta usted intentando seducirme?!!
- Puede que si… Como puede que no – Dijo el mayor divertido – ¿Usted que cree?
- ¡¡¡Pues precisamente que usted intenta seducirme!!! Por si no se ha enterado, ¡¡¡soy un hombre!!! – dijo mientras se levantaba dispuesto a irse
- Espere – Marco también se levanto y lo tomo del brazo con delicadeza – lamento mucho si lo he ofendido o lo he incomodado, no era mi intención…yo solo quería estar a solas con usted – se inclinó y le beso la mano con dulzura
- Y-yo…descuide…n-no me ha ofendido – dijo mientras apartaba su mano de la de Marco
- Eso me alegra – dijo sonriendo amablemente – ¿Le gustaría volver al baile?
-… Si
Ambos comenzaron a caminar de vuelta al gran salón, ninguno de ellos se hablaba, pero no era un silencio desagradable. Un viento frío comenzó a soplar, moviendo suavemente los cabellos de ambos chicos y haciendo que al menor le recorriera un escalofrió y se abrazara a sí mismo.
- ¿Tiene frío? – pregunto el mayor
- Si… un poco – El menor se detuvo al sentir que le colocaban con delicadeza una cálida chaqueta sobre los hombros
- ¿Mejor?
- … Si… ¿P-pero usted no tiene frío?
- Descuide, aguanto bien el frío
-Ah… Muchas gracias – dijo en casi un susurro
- No tiene por qué darlas
Ambos se quedaron parados mirándose el uno al otro, no había duda que el chico había flechado por completo el corazón del mayor. Marco nunca había creído en el amor a primera vista… Hasta ahora. El menor miraba fijamente esos hermosos ojos negros, eran profundos y desprendían una amabilidad acogedora, aún sintiéndose ligeramente incómodo por que el rubio hubiera intentado seducirle, esos ojos conseguían relajarle. Se quedaron así un buen rato hasta que un gran estruendo los sobresaltó
- ¡¿Que fue eso?! – Preguntó el menor
- … Demonios – Maldijo bajito el mayor para que el menor no lo oyera, pero igual lo oyó
- ¿Sucede algo malo? – Pregunto el menor claramente preocupado
- Lamentablemente… tengo que irme – dijo el mayor con amabilidad, pero con un toque de tristeza – pero me gustaría que volviéramos a vernos
Sorprendido por la petición del rubio, y por su misma curiosidad ante este, Ace preguntó
- ¿Cuando?... ¿Donde?
- Donde y cuando menos te los esperes – dijo con un toque de picardía que hizo que un leve sonrojo se notara por debajo de la máscara plateada de Ace
- ¡¡¡Claro!!! William Shakespeare se inspiro en esa historia para escribir Romeo y Julieta
- ¡¡¡Vamos cuéntamela!!! – Dijo el rubio con una enorme sonrisa y un brillo en los ojos que lo hacía parecer un niño pequeño
- Bien… esa historia sucedió aquí en Verona, y comienza así…
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Verona, como toda cuidad, tenía sus familias importantes y poderosas, y en Verona estas era los Newgate y los Gol D’ que además de ser la familias más importantes de la cuidad, también eran grandes enemigos. Estos últimos estaban dando un baile en el cual los Newgate, como buenos galanes que eran, pensaban colarse y conseguir chicas, además de arruinarle la fiesta a sus enemigos. Los bailes de los Gol D’ siempre eran extravagantes, elegantes y ostentosos, además este baile en particular era un baile de máscaras y les daba a los Newgate la oportunidad perfecta para colarse sin que los descubrieran.
- ¡¡¡Ya verán los Gol D’ lo que es un baile!!! – Dijo un joven con una cicatriz cerca del ojo izquierdo y cabello castaño arreglado en un tupe mientras se colocaba una máscara amarilla
- ¡¡¡Bien dicho Sacchi!!! Pronto sabrán lo que es un baile al estilo Newgate! – Decía un joven de cabello largo y negro recogido en una cola de caballo mientras se ponía una máscara rosa, era delgado y su rostro tenia facciones delicadas, de no ser porque vestía un traje y no un vestido cualquiera posiblemente se confundiría con una chica
- ¡¡¡Sacchi, Izou!!! ¡Suficiente charla! Entremos de una vez – dijo un joven rubio de poco pelo con su máscara azul oscuro ya puesta
- Vamos Marco… ¡¡¡No seas tan borde!!! Relájate – Dijo Sacchi
- Entremos – dijo Marco mientras caminaba hacia la mansión Gol D’. Una vez adentro del gran salón de los Gol D’ los Newgate comenzaron a disfrutar del baile, teniendo mucho cuidado de que nos los descubrieran.
Mientras tanto, en una lujosa habitación de la mansión Gol D’ un hermoso chico de cabello negro un poco largo, ojos negros y piel clara se miraba en el espejo. Unas cuantas pecas adornaban su rostro y le daban la belleza y la delicadeza dignas de un ángel. Ese chico vestía un elegante traje blanco con detalles plateados y una rosa roja adornaba su pecho. Estaba a punto de ponerse su máscara plateada a juego con su traje cuando de repente su hermano menor entró en la habitación bastante entusiasmado, este iba vestido con un traje negro con detalles en rojo, y una máscara roja a juego.
- ¡¡¡Ace!!! ¡¡¡Ace!!! ¡¡¡Ace!!! ¡¡¡Vamos!!! ¡El baile está muy divertido! ¡¡¡Hay música y mucha comida!!!
- Ya voy Luffy, bajaré en un minuto – dijo el mayor con una voz melodiosa y sonriendo amablemente
- ¡¡¡Valee!!! – Dijo el menor yendo hacia la puerta – Te espero abajo Ace
Cuando el chico salió de la habitación el mayor se colocó su máscara y se miró en el espejo. Se veía realmente guapo, pero según él, falso y frívolo. Dió un suspiro de resignación y salió de su habitación. Bajó las escaleras y caminó hasta la entrada del gran salón y con gran elegancia entró en el lugar.
En el momento en que entró al gran salón casi todos los presentes se voltearon a verlo, incluyendo a nuestro protagonista Marco. Ese chico desprendía un aura de elegancia y delicadeza que hacía imposible no mirarlo. Ace se adentro en el lugar saludando a los presentes, todas las chicas suspiraban cada vez que este las saludaba o les sonreía. Claro, Ace no solo atraía miradas femeninas, también atraía la mirada de varios hombres, algunos lo miraban con admiración, algunos con envidia, otros con asombro y otros con... Lujuria.
Marco lo miraba embobado, el chico le parecía realmente hermoso… Si, nuestro querido protagonista era completamente homosexual. Claro está que nadie sabía de eso excepto su primo y mejor amigo Sacchi. Marco solía ser muy discreto, pero como era un baile de máscaras decidió acercarse al chico, sabiendo que no tenía mucho que perder. Ace se encontraba con su hermano Luffy, el cual estaba devorando la mesa de postres. Marco se acercó al chico con aire elegante e imponente, pero en contraste con su aura le pregunto a Luffy con voz amable.
- Disculpe Joven, ¿me permite un momento? Me gustaría hablar con su compañero
- ¿Mmm? – el chico dejó de comer y tragó lo que tenía en la boca – Si…no hay problema – Luffy miro a Ace, este le asintió y el menor se fue dejando a los dos enmascarados a solas
- Bien – Comenzó Ace – ¿Que es lo que desea caballero? – Preguntó con voz amable, que para Marco sonó muy angelical
- Solo me gustaría charlar. Usted parece un joven muy inteligente y me gustaría conocerlo mejor – Dijo el mayor con una sonrisa seductora
- Yo… Disculpe, pero me gustaría saber con quién tengo el placer de hablar
- Pues…- Marco se quedó pensando un momento, si decía su apellido lo más seguro era que los Gol D’ enviaran a los guardias detrás de él y sus compañeros – Llámeme Marco – Dijo con voz calmada – Solo necesita saber que mi nombre es Marco
- Bien…- dijo el moreno con cierta desconfianza – Mucho gusto caballero Marco, Mi nombre es Ace, Gol D’ Ace.
Al escuchar ese nombre Marco se quedo paralizado, no podía creer que estaba seduciendo a un Gol D’, y no a cualquier Gol D’ sino al mismísimo heredero de los Gol D’. Pero tenía que admitir que sentía una inmensa atracción por el chico y un apellido no iba a hacer que se alejara tan fácilmente.
- Caballero Marco… ¿Se encuentra bien? – al escuchar eso Marco reacciono
- Vaya… Es un honor estar hablando con el mismísimo heredero de tan poderosa familia
- Si, ese soy yo
- Me gustaría hablar con usted más tranquilamente. Le importaría si vamos a un lugar más… ¿tranquilo?
- … Esta bien – respondió Ace todavía con desconfianza
Ambos jóvenes atravesaron el gran salón y salieron a los hermosos jardines. La luz de la luna iluminaba todos los capullos de las flores, las copas de los árboles y se reflejaba en la gran fuente que se encontraba en la mitad de una plaza de piedra. Llegaron hasta la plaza y se sentaron en uno de bancos de piedra que estaban cerca de la fuente. Hacia un poco de frío, por lo que nadie estaba afuera, excepto ellos.
- Bien, ¿que es lo que desea caballero Marco?
- Solo quería pasar tiempo con usted, y conocerle un poco mejor - Mientras hablaba Marco se iba acercando poco a poco – Es un joven apuesto y déjeme decirle que tiene un aura que atrae
- ¿E-enserio? – preguntó sorprendido Ace retrocediendo a medida que el mayor se acercaba; estaba poniéndose un poco nervioso
- ¡Pues claro! – Dijo el mayor mientras colocaba su mano sobre la mano del menor; Las mejillas de Ace se tiñeron levemente de color carmesí – Es usted adorable – el mayor esbozo una sonrisa seductora pero amable
- ¡¡¡Caballero Marco!!! – Dijo el menor sorprendido al momento que quitaba su mano de la del mayor – ¡¡¿Esta usted intentando seducirme?!!
- Puede que si… Como puede que no – Dijo el mayor divertido – ¿Usted que cree?
- ¡¡¡Pues precisamente que usted intenta seducirme!!! Por si no se ha enterado, ¡¡¡soy un hombre!!! – dijo mientras se levantaba dispuesto a irse
- Espere – Marco también se levanto y lo tomo del brazo con delicadeza – lamento mucho si lo he ofendido o lo he incomodado, no era mi intención…yo solo quería estar a solas con usted – se inclinó y le beso la mano con dulzura
- Y-yo…descuide…n-no me ha ofendido – dijo mientras apartaba su mano de la de Marco
- Eso me alegra – dijo sonriendo amablemente – ¿Le gustaría volver al baile?
-… Si
Ambos comenzaron a caminar de vuelta al gran salón, ninguno de ellos se hablaba, pero no era un silencio desagradable. Un viento frío comenzó a soplar, moviendo suavemente los cabellos de ambos chicos y haciendo que al menor le recorriera un escalofrió y se abrazara a sí mismo.
- ¿Tiene frío? – pregunto el mayor
- Si… un poco – El menor se detuvo al sentir que le colocaban con delicadeza una cálida chaqueta sobre los hombros
- ¿Mejor?
- … Si… ¿P-pero usted no tiene frío?
- Descuide, aguanto bien el frío
-Ah… Muchas gracias – dijo en casi un susurro
- No tiene por qué darlas
Ambos se quedaron parados mirándose el uno al otro, no había duda que el chico había flechado por completo el corazón del mayor. Marco nunca había creído en el amor a primera vista… Hasta ahora. El menor miraba fijamente esos hermosos ojos negros, eran profundos y desprendían una amabilidad acogedora, aún sintiéndose ligeramente incómodo por que el rubio hubiera intentado seducirle, esos ojos conseguían relajarle. Se quedaron así un buen rato hasta que un gran estruendo los sobresaltó
- ¡¿Que fue eso?! – Preguntó el menor
- … Demonios – Maldijo bajito el mayor para que el menor no lo oyera, pero igual lo oyó
- ¿Sucede algo malo? – Pregunto el menor claramente preocupado
- Lamentablemente… tengo que irme – dijo el mayor con amabilidad, pero con un toque de tristeza – pero me gustaría que volviéramos a vernos
Sorprendido por la petición del rubio, y por su misma curiosidad ante este, Ace preguntó
- ¿Cuando?... ¿Donde?
- Donde y cuando menos te los esperes – dijo con un toque de picardía que hizo que un leve sonrojo se notara por debajo de la máscara plateada de Ace
- Y ¿c-como lo reconoceré sin la máscara?
- Créame, usted sabrá que soy yo
- E-está bien…
- Entonces…Nos veremos luego, ángel enmascarado – se acercó al menor, le dio un rápido beso en la mejilla y desapareció en la oscuridad de la noche
El menor estaba en estado de shock, todo lo que había ocurrido en esos últimos momentos con el rubio lo había dejado descuadrado y confundido. Una brisa fría lo saco de ese estado y se arropó aún más con aquella chaqueta, que despedía un agradable aroma “Huele a menta… Y hierbabuena” pensó el menor mientras se arropaba aun mas en esa chaqueta
- Nos veremos luego… Caballero Marco – dijo en un muy tenue susurro sin saber muy bien por que. Luego se dirigió al gran salón, donde se estaba armando un gran alboroto.
- Créame, usted sabrá que soy yo
- E-está bien…
- Entonces…Nos veremos luego, ángel enmascarado – se acercó al menor, le dio un rápido beso en la mejilla y desapareció en la oscuridad de la noche
El menor estaba en estado de shock, todo lo que había ocurrido en esos últimos momentos con el rubio lo había dejado descuadrado y confundido. Una brisa fría lo saco de ese estado y se arropó aún más con aquella chaqueta, que despedía un agradable aroma “Huele a menta… Y hierbabuena” pensó el menor mientras se arropaba aun mas en esa chaqueta
- Nos veremos luego… Caballero Marco – dijo en un muy tenue susurro sin saber muy bien por que. Luego se dirigió al gran salón, donde se estaba armando un gran alboroto.
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